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HAY EMBARAZADAS, NIÑOS Y PERSONAS MAYORES

Los migrantes acampados en Ciudad de México se preparan para retomar su marcha y critican a la ONU

Retomarán su marcha a pie hacia Estados Unidos a pesar de las amenazadas de Donald Trump. Además, critican a Naciones Unidas por no apoyarles.

Tras fracasar en su intento de que la ONU les facilitara transporte gratuito, los miles de migrantes de la caravana de centroamericanos acampados en Ciudad de México acordaron prepararse para dejar este sábado la capital y retomar su marcha a pie hacia Estados Unidos. En una asamblea celebrada de madrugada en el complejo deportivo en el que están concentrados desde el pasado 4 de noviembre, los migrantes habían acordado irse este viernes, ya fuera a pie o en autobuses, pero posteriormente optaron por quedarse un día más.

Grupos de migrantes, en su mayoría jóvenes, no acataron esta decisión y partieron de madrugada hacia Querétaro, al norte de la capital, aunque la mayoría de las cerca de 5.000 personas de la caravana permanecieron en el campamento cumpliendo las indicaciones de Pueblo Sin Fronteras, la organización que los acompaña. Cerca de 400 migrantes llegaron por la tarde a Santiago de Querétaro y fueron reubicados por las autoridades en el Estadio La Corregidora, en el sureste de esta ciudad.

"Se fueron más de 2.000 y que Dios les acompañe. Aquí no se detiene a nadie", informó ante la prensa una portavoz de Pueblo Sin Fronteras, quien explicó que el resto de migrantes dejarán la capital este sábado, tras alcanzar un acuerdo para tomar el Metro de forma gratuita hasta una terminal en el extremo norte de la ciudad. En una rueda de prensa en las gradas del estadio, varios representantes de la caravana vertieron duras críticas contra la Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ONU-DH), organismo al que solicitaron el jueves autobuses para llegar de forma segura a la frontera con Estados Unidos.

"Aquí no se detiene nadie"

"Queremos decirle a la ONU que ya no los queremos ver. Solo sirven para dar la cara y para decir que van a ayudar; pero es paja, es mentira. Ellos no han ayudado en nada", dijo un joven migrante por medio de un altavoz, tras reprochar que el organismo les negara los autobuses. Se preguntó "cómo es posible que 192 países que conforman la ONU no puedan ayudar a una caravana con buses, y un pueblo sí" ayuda con alimentación, en referencia a la ayuda humanitaria que se les ha brindado en la capital.

Además, uno de los representantes llegó a advertir de que hacen "responsable a la ONU de si hay muertes" entre los migrantes que prosigan su marcha hacia Estados Unidos, dado que al no disponer de transporte seguro pueden ser víctimas del crimen organizado. En un comunicado, la ONU-DH y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) respondieron que están "imposibilitados" de brindar autobuses porque "cualquier ayuda para el transporte de personas migrantes hacia un tercer país requiere del acuerdo previo o petición de los Estados involucrados".

Un migrante hondureño de la caravana dijo que la ONU tiene "mucho poder y mucha fuerza" y reprochó que "ellos sabrán sus razones" por las que no facilitaron el transporte. Sostuvo que los autobuses eran necesarios para el traslado de mujeres embarazadas, niños y gente mayor hacia Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos que se encuentra a 2.800 kilómetros de la capital mexicana. "Desde que salí de mi casa, mi propósito era llegar con la caravana hasta el final y con ella voy a terminar", explicó convencido de que este sábado dejarán definitivamente la capital.

Los migrantes de esta caravana, originada en Honduras y que entró en México el 19 de octubre, pasaron este día de descanso en el complejo deportivo, donde voluntarios organizaron actividades para hacer más llevadero su éxodo, como un combate de lucha libre o cortes de pelo gratuitos. También recibieron asesoramiento de organizaciones de abogados tras la proclamación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que restringe el acceso a las peticiones de asilo.

Les avisaron de que tienen que acceder de forma regular a suelo estadounidense, que pueden pasar meses detenidos en estaciones migratorias, que pueden sufrir separación familiar y que las posibilidades de conseguir refugio son remotas. Sin embargo, mantienen su esperanza de llegar a suelo estadounidense, como el caso de una migrante salvadoreña que explicó a Efe que busca en Estados Unidos "un futuro mejor" para sus hijos y su madre.

"Muchos nos ven como basura pero no somos basura; somos seres humanos y tenemos sentimientos igual que ellos", aseveró contundente sobre los comentarios antiinmigración del Gobierno estadounidense. Paralelamente, la segunda caravana de migrantes centroamericanos, conformada por unas 2.000 personas que entraron en México el 29 de octubre, prosiguieron hoy su camino a través del sureño estado de Oaxaca en dirección a Veracruz. Asimismo, una tercera caravana originada en El Salvador dejó hoy el sureño estado de Chiapas para adentrarse en Oaxaca y seguir la misma ruta que los contingentes anteriores.

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