Imagen de archivo de un bebé

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HAY TRES DETENIDOS

Una madre descubre que alguien había circuncidado a su hijo sin su permiso al cambiarle el pañal

Los abuelos paternos aprovecharon un permiso con el pequeño, cuyos padres estaban divorciados, para llevarlo a un hospital e intervenirlo sin su permiso.

Tres personas han sido arrestadas en Inglaterra por la circuncisión de un bebé en 2013 sin el permiso de la madre, entre ellas un hombre de 61 años que se cree que es el médico que practicó la intervención, y los arrestados están acusados de un delito de causa de lesiones corporales graves con intención dolosa.

El caso comenzó con la denuncia de una mujer de Nottingham en 2013, cuando descubrió que los abuelos paternos de su bebé lo habían circuncidado sin su permiso. Lo descubrió al abrir el pañal del pequeño y ver que estaba lleno de sangre. "Me tuve que ir de la habitación porque me puse histérica", explica a la BBC.

"Me tuve que ir de la habitación porque me puse histérica"

Sus abuelos, que son musulmanes, se lo llevaron a un hospital de Inglaterra aprovechando que tenían un permiso para estar con el pequeño, cuyos padres estaban separados, y desde entonces la madre ha estado pidiendo a las autoridades británicas que tomen medidas, aunque está empezando a hacer progresos ahora. En un inicio, la Policía investigó lo ocurrido y acabó determinando que no era un delito criminal, traspasando el caso al Consejo Médico General. Además, los políticos de su localidad tampoco le dieron importancia al suceso.

"Volvía a casa llorando como nunca al pensar que un perro tiene más derechos que mi hijo", explica la madre, recordando que a los animales no se les puede cortar la cola. Entonces empezó a recibir ayuda de un grupo de presión del país y una abogada de derechos humanos puesto que consideraban la circuncisión como la equivalencia a la mutilación genital femenina y consiguieron que la Policía reabriera el caso. "La madre claramente no había consentido la circuncisión del hijo, lo cual puede ser una delito criminal", señala la abogada.

"No me puedo creer que para llegar a este punto hayan tenido que pasar cuatro años", confiesa la mujer, que ahora se siente aliviada por poder perseguir a los que dañaron a su hijo, que desde entonces sufre muchas infecciones.

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