Los expertos alertan de que los terroristas consiguen las armas y explosivos con mucha facilidad

Uno de los principales problemas que ha quedado al descubierto tras los atentados de París y de Bruselas es la facilidad con la que los yihadistas acceden a las armas con las que llevaron a cabo los ataques.

Los fusiles los pueden comprar en el mercado negro de Europa sin ningún tipo de problema y los componentes para fabricar explosivos se pueden encontrar en cualquier droguería, advierten los expertos. Explican que lo más importante para los yihadistas es tomar una ciudad o un núcleo urbano como un campo de batalla.

Para perpetrar los ataques de Bruselas, los terroristas utilizaron un kilo de peróxido de acetona y productos de droguería muy fáciles de obtener.

Los expertos añaden que lo que más dificultad conlleva es elaborar el artefacto porque hay que medir bien las cantidades y dejarlas reposar el tiempo necesario, un proceso que no se puede hacer sólo con un manual, sino que son técnicas que se aprenden en los campos de entrenamiento de Daesh en Siria e Irak. "Ahí han hecho sus másteres en términos de preparación y activación de explosivos", dice un experto en este ámbito.

En cuanto a los fusiles de asalto, el otro arma que suelen utilizar los yihadistas, los consiguen en el mercado negro. Uno del tipo kalashnikov puede costar alrededor de 3.500 euros, pero su precio no es un problema para Daesh. Un experto explica que incluso "uno de los terroristas pidió un préstamo bancario para comprárselo".

Este es su armamento actual, pero la amenaza ahora se centra en la amenaza nuclear. Los terroristas tratan de conseguir material nuclear para elaborar ataques más potentes. Los expertos consideran que es un elemento de preocupación porque aunque la probabilidad es muy baja, el impacto sería tremendo.