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LAS PASTILLAS SE VENDERÍAN POR MENOS DE CINCO EUROS
China investiga el supuesto uso de bebés fallecidos en 'píldoras energéticas'
El Ministerio de Salud chino ha anunciado una investigación en la provincia nororiental china de Jilin ya que existen sospechas de que miembros de una minoría étnica coreana llevan de contrabando estas pastillas, fabricadas con bebés fallecidos y fetos, a Corea del Sur.
El Ministerio de Salud chino anunció una investigación sobre el supuesto uso de cuerpos de bebés fallecidos y fetos para la fabricación de "píldoras energéticas", tras aparecer informaciones sobre estas prácticas en medios chinos y surcoreanos.
Existen sospechas de que miembros de la minoría étnica coreana que residen en la provincia nororiental china de Jilin, fronteriza con Corea de Norte, llevan de contrabando estas pastillas a Corea del Sur, según destaca el estatal "China Daily".
Un reportaje emitido la semana pasada en el canal surcoreano SBS mostró vídeos de la presunta fabricación de estos productos, así como declaraciones de expertos médicos afirmando que tras analizar el ADN en las píldoras se había detectado más de un 99% de similitud genética con el organismo humano.
Según estas informaciones, estas pastillas se venden en el mercado clandestino de Corea del Sur a unos 6,5 dólares, 4,5 euros por cápsula. Aunque algunos médicos chinos citados por "China Daily" señalan que estas noticias podrían ser meros rumores, el ministerio chino aseguró que ha dado "gran importancia" a la investigación.
Al anunciar ésta, el portavoz del Ministerio de Salud chino, Deng Haihua, recordó que China tiene estrictas regulaciones sobre el tratamiento de los cuerpos de bebés fallecidos al nacer y los fetos nonatos, que prohíben estrictamente comerciar con ellos.
"China Daily" plantea también la posibilidad de que estas pastillas se elaboren con placentas de embarazadas, dada la larga tradición de utilizar éstas en la medicina tradicional china, que considera su consumo beneficioso para la circulación de la sangre, entre otros usos. La ley china también controla estrictamente estas placentas y prohíbe actualmente su comercialización, aunque si la madre da su autorización pueden ser usadas por instituciones médicas.
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