Una barcaza con 500 inmigrantes naufraga en Lampedusa

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TRAS EL NAUFRAGIO DE UNA BARCAZA CON 500 INMIGRANTES

La alcaldesa de Lampedusa asegura que no saben dónde meter ni a vivos ni a muertos

Desde que se incorporó en el cargo de alcaldesa, Giusy Nicolini ha librado una dura batalla para que todo el mundo conociese el drama que vive Lampedusa. Tras la nueva tragedia ha afirmado: "Basta. ¿A qué esperamos?. Lo que pasa en Lampedusa es un horror continuo".

La alcaldesa de Lampedusa, Giusy Nicolini, explicó tras el naufragio de una barcaza con unos 500 inmigrantes frente a las costas de la isla italiana que no saben dónde meter ni a los muertos ni a los vivos.

Son ya 93 los inmigrantes que han muerto, mientras que más de 250 están desaparecidos, tras el naufragio de la barcaza. Nicolini relató cómo los cadáveres recuperados son depositados en uno de los muelles de la pequeña isla, mientras se busca otro lugar, que podría ser el hangar del aeropuerto.

"Es un horror no dejan de llegar barcos y descargar muertos"

Pero la situación también empieza a ser dramática en el centro de acogida de inmigrantes de la isla, en el que actualmente se alojan 1.350 personas a pesar de que tiene una capacidad para unas 700. La isla está a 205 kilómetros al sur de Sicilia, a sólo 113 kilómetros de las costas africanas, lo que hace que en tres o cuatro días de navegación Lampedusa se convierta en el sueño para tantos inmigrantes.

"Es un horror. No dejan de llegar barcos y descargar muertos. Los medios de comunicación tienen que venir a ver esto. Es impresionante", agregó la alcaldesa entre lágrimas mientras hablaba por teléfono con algunas televisiones. "No pueden seguir viniendo en estas condiciones. Si sigue así sería mejor que fuéramos a por ellos", agregó la alcaldesa, que denuncia desde hace meses la "dejadez" de las instituciones europeas ante estos dramas.

Desde su elección en mayo de 2012, la alcaldesa ha conducido siempre su batalla para que todo el mundo conociese el drama que se vive en Lampedusa y el pasado febrero escribió una carta a la Unión Europea en la que pedía ayuda bajo el título: "¿Cuán grande tiene que ser el cementerio de mi isla?".

El papa Francisco había elegido esta isla, puerta de Europa para miles de inmigrantes africanos, como su primera visita dentro de Italia después de quedar conmocionado tras una de estas tragedias en el Canal de Sicilia.

En el único cementerio de la isla en Cala Pisana ya hay decenas de tumbas de inmigrantes, sin nombre, ni nacionalidad, y el ayuntamiento sólo ha colocado una simple foto del mar en el que perdieron la vida y en la que está escrita su supuesta edad, si eran hombres, mujeres o niños, su origen africano y la fecha en la que su cuerpo fue encontrado.

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