Para que prospere la moción de censura propuesta por el Partido Socialista se necesita la mayoría absoluta del Congreso, un número de votos que Rubalcaba no puede conseguir. En los 35 años de democracia en España sólo se ha presentado dos veces, y ninguna salió adelante.
La primera la planteó en 1980 el PSOE contra el Gobierno de Adolfo Suárez. El candidato alternativo era Felipe González, que se quedó a 24 votos de la mayoría absoluta.
La segunda fue presentada en el 87 por Alianza Popular, precisamente, contra el gobierno de Felipe González que salió reforzado. El candidato era el entonces líder de AP Antonio Hernández Mancha que se quedó muy lejos de los votos necesarios y con el tiempo fue sustituido, otra vez, por Manuel Fraga, antes de la llegada de Aznar a la presidencia del PP.
La moción de censura que pretenden presentar ahora, no es una sesión de control al Gobierno porque no es el presidente quien se somete a examen. De hecho, Mariano Rajoy ni siquiera tendría la obligación de intervenir.
Quien se examina es aquel que presenta la moción que deberá plantear ante la cámara un programa de gobierno y para salir adelante necesita la mayoría absoluta del Congreso.
El efecto político de la moción de censura es tan discutible que, de hecho, en 35 años de democracia sólo se han presentado dos veces, y ninguna salió adelante.