La candidata del PP a la Alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre, ha puesto en marcha este lunes sus consultorios callejeros poniendo un sofá en la Glorieta del Pintor Sorolla, donde se encuentra el Metro de Iglesia, para escuchar las quejas y sugerencias de los vecinos de la zona.
La instalación del consultorio incluye, además de un sofá hinchable, blanco, de tres plazas, una sombrilla azul corporativo, una alfombra del mismo color, dos mesas bajas de metacrilato con el logo del PP impreso y una nevera de camping con agua y refrescos.
El conjunto parece un plató de televisión, junto al que hay instaladas mesas del PP donde se reparte un cuestionario bajo la leyenda 'El Madrid que queremos', donde se explica que el 24 de mayo se van a celebrar las elecciones municipales y autonómicas y que los 'populares' quieren hacer el programa con los ciudadanos.
"El programa que apliquemos los próximos cuatro años queremos hacerlo contigo. Párate un momento a pensar en Madrid y sugiérenos cuantas ideas se te ocurran para mejorarlo", dice el formulario, que consta de una decena de preguntas.
Aguirre ha sentado en el sofá a tres vecinos de la zona que le han trasladado que uno de los principales problemas del distrito de Chamberí es la basura acumulada en torno a los puntos de reciclaje.
"El punto limpio es para estar limpio, no para estar sucio. Tenemos una contrata, entonces ese señor que tiene un contenedor lleno tiene que recibir una multa que no le compense", ha dicho Aguirre.
Los vecinos también se han quejado por el ruido que hacen los clientes de los locales de ocio en la calle, pero Aguirre ha señalado que "la calle es de todos" y "eso no se puede evitar".
Otro vecino que se ha acercado al sofá ha pedido un ascensor en el Metro de Quevedo y Aguirre ha pedido a su equipo que tome nota.
Aguirre ha atendido a los ciudadanos en el sofá tras reunirse con la Junta Directiva de Radio Taxi Gremial. Durante el recorrido desde la sede de la asociación, en los números 84 y 86 de la calle Santa Engracia, hasta la glorieta, ha hecho una parada en la mítica Bodega de la Ardosa, donde un vendedor de lotería le ha recitado un poema dedicado a Madrid.