Esta medida se enmarca dentro de la reforma financiera y establece que los recortes en retribuciones varíen según el tipo de ayuda pública que haya recibido la entidad bancaria. Los presidentes de los bancos intervenidos cobrarán hasta un 76% menos. El recorte medio será del 67% para los que obtuvieron ayudas, ya fuesen préstamos del Estado o cualquier otro tipo de inyección de dinero público. Sus directivos no podrán percibir más de 600.000€ al año.
Bankia, NovaGalicia, Banco de Valencia o Catalunya Caixa estarían afectados por esta medida, al haber sido recapitalizados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. Pero hay una excepción: según una orden ministeral publicada ayer en el BOE, aquellas entidades sin problemas que decidan fusionarse con bancos rescatados no tendrán que limitar la remuneración de sus altos cargos.