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PRESIDENTE DEL GRUPO SANTANDER

Muere Emilio Botín, presidente del Banco Santander, a los 79 años

El presidente del Grupo Santander, Emilio Botín, ha fallecido  a los 79 años a consecuencia de un ataque al corazón. Su entierro se celebrará este jueves en el Panteón familiar en la localidad cántabra de Puente San Miguel, en un acto que tendrá lugar en la intimidad a petición de la familia. El funeral será el próximo sábado en la Catedral de Santander.

El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, ha muerto en Madrid como consecuencia de un ataque al corazón. El Banco Santander fue el encargado de comunicar el fallecimiento de su presidente a los 79 años de edad a causa de un infarto de miocardio.

Los restos mortales del banquero serán trasladados a la localidad cántabra de Puente San Miguel, donde serán enterrados este jueves en la finca familiar de los Botín. Según fuentes próximas a la entidad, el banquero descansará en el panteón familiar, donde reposan los restos de su padre, Emilio Botín-Sanz de Sautuola López, el que le dio el relevo al frente del Banco Santander.

Las banderas de los edificios municipales de Santander, así como las colocadas en la rotonda de la plaza de Puertochico y en el parque de Las Llamas, ondean a media asta este miércoles con motivo del fallecimiento. El funeral se celebrará el próximo sábado, 13 de septiembre, a partir de las 16.30 horas en la Catedral de Santander, según han confirmado fuentes del Obispado.

Emilio Botín será recordado por muchas cosas, pero sin duda una de ellas será el revolucionario papel que desempeñó en la forma de hacer banca en España. Desarrolló una larga carrera en el Santander, que comenzó a los 24 años y en la que logró conducir al banco con mano firme desde la capital cántabra a los primeros puestos del mundo. Desde 1986, cuando recibió las riendas de la presidencia del Santander de manos de su padre, Botín se lanzó a una carrera frenética por hacer una banca diferente, con productos nunca vistos en España, que tuvieron que ser imitados por todos sus competidores para no quedarse rezagados.

De carácter campechano, pero muy firme en sus actuaciones, Botín puso en marcha las cuentas de alta remuneración, que sacó en el año 1989, y que marcaron un antes y un después en el sector financiero español. Aquello fue el pistoletazo de salida para el comienzo de la competencia de los grandes bancos, muchas veces feroz y en la que siempre salía triunfante.

La gestión de Botín, muchas veces considerada agresiva y casi siempre clarividente para adelantarse a sus competidores, tuvo uno de sus últimos grandes éxitos en 2005, cuando dinamitó el sector eliminando las comisiones de las cuentas bancarias de sus clientes. Por supuesto, el sector lo imitó de inmediato.

De un banco local, a ser uno de los principales bancos del mundo. Esa era uno de los logros de los que más presumía Botín y para esta transformación no dudó en acometer operaciones y fusiones arriesgadas, incluso se atrevió con entidades más grandes que el propio Santander, siempre sin perder ni el timón ni el nombre ni el color rojo que identificaba a su entidad.

En sus últimos años no se limitó a la gestión financiera y era fácil verle en numerosos actos de la Fundación Universia y en muchas de las pruebas del Mundial de Fórmula 1, donde patrocinaba varios equipos y donde cultivaba una buena amistad con el piloto de Ferrari Fernando Alonso.

Entre sus logros, Botín podía presumir de ser el primer banquero y uno de los primeros empresarios españoles que se atrevió a sacar la sede del centro de Madrid y llevarla a las afueras (Boadilla del Monte, la Ciudad Financiera Santander). Inaugurada en 2004, la sede cuenta con un museo propio y un campo de golf, deporte al que era un gran aficionado. En otra muestra de genialidad, posteriormente imitada por muchos competidores, la Ciudad fue vendida en enero de 2008 a un grupo de inversores, con unas plusvalías de 605 millones de euros.

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