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FINAL COPA DEL REY | BARCELONA 2-0 SEVILLA
El Barcelona conquista la Copa del Rey tras ganar al Sevilla en la prórroga
El Barcelona, ganador de La Liga, ha noqueado al Sevilla, vencedor de la Europa League, en la final de la Copa del Rey en el Vicente Calderón para sumar un doblete en la 2015-16. Los azulgranas han sufrido mucho para ganar 2-0 en la prórroga a un cuadro hispalense que conforme pasaban los minutos iba dando más síntomas de cansancio. De todo hubo en Madrid, con rojas a Mascherano, Banega y Carriço, y con lesión de un Luis Suárez que se retiró llorando para ver desde el banquillo los goles de Jordi Alba y de Neymar.
Y el campeón reedita su título. El campeón de Copas. El Rey de Copas. El que más entorchados suma en la competición del K.O. No fue fácil. No fue rápido. No fue un camino de rosas. Fue duro. Fue complejo. Y fue largo. Muy largo. Ciento veinte minutos tuvieron que pasar para que el Barcelona sumase una nueva Copa del Rey más tras ganar por 2-0 al Sevilla en una auténtica final cien por cien copera que cierra un doblete azulgrana en la 2015-16.
Ni un síntoma de agotamiento dio el Sevilla, a pesar del esfuerzo, y la fiesta, del encuentro ante el Liverpool que les dio su tercera Europa League consecutiva. Sabían qué tenían que hacer y cómo tenían que hacerlo. Importancia cero el que el Barça tuviera la pelota, una pelota que era claramente azulgrana pero lejos de las cercanías de Sergio Rico. Bien colocados, y mirando a Banega en mediocampo y a Gameiro arriba, el cuadro de Emery frenó en seco al Barcelona.
Poco a poco no se conformaron con frenar a los azulgranas. Poco a poco se estiraron, apoyados en Vitolo y en Iborra para mantener el cuero. Y poco a poco vieron cómo el viento empezaba a soplar a su favor, más aún cuando Mascherano dejó a su equipo con diez por un agarrón a Gameiro cuando el galo se iba solo ante Ter Stegen. Roja clara para el zaguero, que a punto estuvo de romper la camiseta del punta hispalense y que dejó una falta en una posición desde la que Banega hizo esforzarse y mucho a Ter Stegen.
Con diez, Ter Stegen y Piqué mantuvieron al Barça
A pesar de jugar en inferioridad, algo a lo que el Barça no suele estar ni mucho menos acostumbrado en las últimos cursos, el cuadro catalán no se descompuso ni mental ni tácticamente y tuvo buenos minutos sobre el Calderón. Apenas sufrió el equipo de Luis Enrique, ni tampoco el Sevilla. Ambos estaban más preocupados por no cometer errores en una final que los dos sabían que sería larga. Y que ambos querían que fuera larga.
Salió Mathieu, por Rakitic, el cambio claro sabiendo que los tres de arriba, Iniesta y Busquets son insustituibles salvo lesión. Lesión que, por otra parte, se produjo. Luis Suárez se llevó la mano detrás del muslo y se retiró llorando de un césped en el que el Sevilla quería estirarse. Un disparo al palo, con un imperial Piqué tocando lo justo, a punto estuvo de suponer el 0-1. Y cerca estuvo también de llegar con un tiro de Krychowiak en un cuero que se quedó muerto en el área grande y que desvió Busquets.
Lo peor para el Barça, y para el Sevilla, es que el mejor del partido estaba siendo Gerard Piqué. En ataque, Neymar estaba 'out' y Messi bastante tenía con seguir en el campo tras un cabezazo fortuito que le provocó un evidente chichón en su cabeza. Pero defensivamente mantenían a los hispalenses en búsqueda de una contra que aprovecharan el 10 y el 11, o también en búsqueda de alguna jugada a balón parado que igualara numéricamente la final en el área contraria.
Roja a Banega, prórroga y superioridad culé
Aunque de eso se encargó Banega, por cerrar ante Neymar una banda derecha que era un auténtico coladero desde la marcha de Mariano. El 11 dejó al argentino K.O. y no tuvo otra que parar una más que probable ocasión en gol tirándose al suelo. Falta. Roja. Y prórroga. Y ahí de nuevo el Barcelona aprovechó la autopista por su banda izquierda para que Jordi Alba pusiera el motor Mercedes a funcionar y batiera a Sergio Rico con un buen tiro ajustado al palo. El meta evitó que antes del cambio de campo con dos enormes intervenciones que dejaron vivo al Sevilla.
Muertos estaban los hispalenses, que como es normal comenzaron a notar el esfuerzo acumulado de la final de Basilea y dejaron de sentir las piernas. Hasta el árbitro notó la intensidad del duelo del Calderón y necesitó de las asistencias para ponerse a tono en los últimos diez minutos. Cerró el partido Neymar con el 2-0, con el Sevilla ya con nueve por doble amarilla a Carriço, y la Copa del Rey voló rumbo al Camp Nou para consumar el doblete del Barcelona. Ya van 28 Copas para el rey del K.O.
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