Son pocos, pero valientes. Muy valientes. Sí, porque con solo once jugadores del primer equipo más dos porteros este Atlético también gana. Ganó al Huesca, en El Alcoraz, ante la intensa niebla que apenas dejaba ver en el campo oscense. Y ha ganado también al Getafe, rocoso rival donde los haya, con un serio partido que estaba visto para sentencia antes del paso por vestuarios.
Porque por aquel entonces los rojiblancos ya habían derribado el muro de un equipo, del segundo equipo menos goleado de LaLiga, en hasta dos ocasiones. La primera, gracias a un balón dividido que peleó Thomas y que sirvió a Griezmann para que el galo, con una gran definición, batiera a David Soria. La segunda, con un Saúl atento que aprovechó el rechazo del arquero azulón a un tiro a bocajarro de Kalinic.
El guión soñado a buen seguro para Simeone, más aún ante un equipo como el Getafe que es una auténtica pesadilla para todos aquellos que se ven las caras con ellos. Sin embargo, en esta ocasión los azulones no fueron el equipo que suelen ser. Quizá por la Copa, con el cansancio del encuentro ante el Valencia y con la vuelta en unos días. O quizá por el Atlético fue, simplemente, mejor.
Mejor en la presión, sin dejar apenas respirar a un equipo que por poco pasó del 50% de precisión en el pase. Y mejor, también, con balón. Por más que el Getafe buscó para el juego, como demuestran las 26 faltas que realizaron en 90 minutos y las roja de Djene y de Cabrera, no logró frenar al Atlético, que bien pudieron incluso marcar algún gol más.
Y cómo lo habría celebrado la grada, pues el autor de dicho tanto habría sido un Mollejo que ya dejó buenas maneras ante el Huesca. El canterano, dominando el espacio, se sacó un zurdazo que hizo esforzarse a David Soria y que hizo temerse lo peor a un Getafe que, en aquellos minutos del segundo acto, tiró por completo la toalla. Apenas inquietaron a Jan Oblak en el enésimo encuentro azulón sin anotar ante los de Simeone. También pudo Rodri batir al arquero getafense, pero de nuevo se topó con un portero que, si Luis Enrique tiene a bien, está para vestir la camiseta de la Selección.
Dos goles en el primer acto fueron suficiente para el Atlético. Tres puntos más y de nuevo la presión para un Barcelona que visita al Girona y para un Real Madrid que, desde la distancia, quiere hincar el diente al segundo puesto de los rojiblancos. Y todo, con Morata sobrevolando el Metropolitano ante su más que posible fichaje...
