Un año más el 'Burnig Man' se despide apuntando otro éxito. Cerca de 70.000 personas acudieron a la 'ciudad' de Larry Harvey, uno de sus fundadores, conocida como Black Rock –construida temporalmente por los participantes-.
Durante la primera semana de septiembre, en el 'Día del Trabajo' todos los participantes levantaron una ciudad sin gobierno, basada únicamente en la paz y la expresión libre de los sentimientos.
Este 2015 estuvo marcado por la música, los fuegos artificiales, esculturas de dimensiones impresionantes y la asistencia de celebridades como Katy Perry.
Los organizadores del festival lo describen como un experimento en comunidad, de autoexpresión y autosuficiencia radical, dos de los 10 principios más importantes del 'Burning Man' que desaparecen sin dejar rastro cuando el desierto vuelve a la normalidad.
Las entradas del festival se vendieron en torno a los 500 euros, aunque desde la organización decidieron vender algunas entradas a precios más económico para aquellos personas que no se lo podían permitir.
'Old Man Gloom' se quema
Durante la última noche, 60.000 personas se reunieron alrededor del Zozobra –como lo llaman los lugareños- para ver como ardía el hombre en el 'Carnaval de los Espejos'.
Es algo parecido a las fallas. Es una celebración que consisten en quemar una gigantesca escultura de espíritu crítico y acompañarlo de fuegos artificiales y explosiones.
Además, el Templo de la Promesa, otra de las construcciones de madera que hicieron los participantes, también acabó en llamas. Consiste en un ritual en silencio dedicado a las personas que han fallecido. Así el 'Burning Man' se despidió sin dejar ninguna expresión artística.