Melendi durante su concierto en Madrid

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ANTE 15.000 ASISTENTES

Melendi sacude Madrid en su primer concierto en la capital con su faceta más ecléctica y madura

Después de pasear su octavo disco de estudio por Latinoamérica y Estados Unidos y acercarlo después hasta Murcia, Santander y Bilbao, Melendi ha dejado que el público de Madrid se "quite las gafas" con dos conciertos en los que ha colgado el cartel de 'no hay entradas'.

Melendi ha cambiado y sus seguidores lo saben, pero aceptan con gusto su nueva faceta, más ecléctica y madura, como han demostrado esta noche en un WiZink Center completo, que el asturiano volverá a llenar este sábado tras sacudirlo con los ritmos de su último álbum, 'Quítate las gafas'.

Después de pasear su octavo disco de estudio por Latinoamérica y Estados Unidos y acercarlo después hasta Murcia, Santander y Bilbao, Melendi (Oviedo, 1979) ha dejado que el público de Madrid se "quite las gafas" con dos conciertos en los que ha colgado el cartel de 'sold out'.

Él, como artista que más copias ha vendido en España en 2017, está en buena racha y así ha podido reflejarlo también durante la actuación de hoy, que ha arrancado con 'Hijos del mal', una de las nuevas propuestas, para continuar con su famosos 'Piratas del bar Caribe', ante una multitud que empezaba la noche con mucha energía.

Doce pantallas de diferentes tamaños han ayudado a crear una atmósfera vibrante de la que el cantante ha sabido sacar provecho, en la que la música se ha visto apoyada por imágenes, grafismos y efectos visuales que jugaban con la letra de las canciones, tanto en los temas más animados como en otros más románticos. Después de enternecer al público con 'Existen los ángeles', de su último trabajo, Melendi ha regalado un trozo de una canción de Ismael Serrano, 'Canción de amor propio', con la que ha dado paso a una historia propia también conocida, la de 'Mi primer beso', de su álbum 'Lágrimas desordenadas' (2012).

Esa ha sido la dinámica que ha seguido el cantautor durante el concierto para mantener en el cielo a sus "guerreros" (así se hacen llamar sus fans): alternar sus últimos temas con otros más consolidados, como 'Un violinista en tu tejado', coreado sílaba a sílaba desde la pista y desde las gradas. Y, una vez abierto el grifo de la nostalgia, Melendi lo ha tenido fácil para inundar el WiZink Center hasta convertirlo en mar.

Apenas unos acordes han bastado para que el público reconociese 'Con la luna llena', aquella canción que sirvió de lanzadera para el asturiano después de ser elegida como la canción oficial de la Vuelta Ciclista hace trece años. Junto a ella, otras dos forman el trío de ases que más ha revolucionado a los asistentes, 'Caminando por la vida' y 'Calle la Pantomima', recibidas con brincos y gritos por una multitud agradecida que agotó entradas hace meses.

Melendi en un momento de su concierto en Madrid
Melendi en un momento de su concierto en Madrid | EFE

El set list no ha dejado que las 15.000 personas del recinto recobrasen el aliento hasta la segunda mitad de la velada, con 'Destino o casualidad', de 'Quítate las gafas', que ha permitido hacerlo brevemente a los pocos que aún no se saben todas las canciones de ese último disco.

'Hablando en plata' ha hecho de nuevo temblar el espacio y preparaba a los "guerreros" para "mover las caderas" y trasladarse momentáneamente hasta La Habana para escuchar 'Desde que estamos juntos', el primer sencillo con el que Melendi dio a conocer su última aventura musical.

Nuevas fronteras y nuevos ritmos para el cantautor, entre los que no solo hay hueco para un acercamiento a los sones cubanos o a otros géneros como el rap, sino también para volver, cuando haga falta, a la esencia de aquel artista "gamberro" del pasado, como ha hecho en el resto de la noche con canciones como 'Con solo una sonrisa' o 'Lágrimas desordenadas'.

La noche esperaba el momento más sensible, que ha llegado con 'Cenizas en la eternidad', canción para la que se han alzado todos los móviles -con el modo linterna activado- dejando una estampa memorable para los fans del ovetense.

Llegado el turno de los bises, el antiguo Palacio de los Deportes seguía sin parar. Las voces del público eclipsaban las del protagonista de la noche mientras cantaba 'Tocado y hundido' y 'Tu jardín con enanitos', hasta terminar -después de casi una treintena de canciones- con el aire "retro" de 'Yo me veo contigo', de su trabajo más reciente.

Así ponía Melendi el colofón a una noche gloriosa para los admiradores y para él, la estrella, que se ha despedido con un ruego: "Hagamos que no todos los sueños sean durmiendo, que absolutamente todas las guerras sean en la cama, y que no todas las despedidas sean amargas, Madrid".

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