Celebridades
Las manías más peculiares de Jennifer López: "¡Qué exagerada es!"
La diva del pop ha desatado comentarios por sus exigencias antes del concierto en el estadio Nuevo Mirandilla de Cádiz

Publicidad
Jennifer López no solo conquistó al público gaditano con su esperado concierto en el estadio Nuevo Mirandilla, dentro de su gira mundial Up All Night, sino que también se convirtió en tema de conversación en las calles por las particulares exigencias que impuso durante su estancia en la provincia.
La diva del Bronx se alojó en un exclusivo hotel de Chiclana de la Frontera, donde el equipo tuvo que hacer malabares para cumplir con sus peticiones. Entre ellas, una de las más llamativas: la instalación de un váter completamente nuevo, a estrenar, para su uso personal. "Ella pide que le cambien la taza del váter en cada hotel al que va", comentaba un reportero de Andalucía Directo, provocando la respuesta espontánea de una vecina gaditana: "Qué exagerada es".
Pero la lista de requisitos no acababa ahí. Jennifer López también exigió papel higiénico importado desde Japón, conocido por su suavidad y calidad.
Además, la artista solicitó que la estancia solo contara con elementos blancos, al igual que su camerino del concierto, y que se reservara para ella sola una zona completa del hotel con acceso restringido, y especificó que las sábanas debían ser de al menos 250 hilos, un lujo que, según los expertos, garantiza una suavidad extra.
Disciplina también en la mesa
Las excentricidades no se limitaron a lo material. La cantante impuso una dieta estricta durante su estancia: nada de fritos, ni de especialidades locales, por mucho que estuviera en la cuna del pescaíto. Su desayuno, como confirmaron fuentes del hotel, consistió únicamente en tortilla de claras de huevo. "Pa' tener el culo perfecto que tiene", decía entre risas una vecina en plena calle, en alusión a la famosa figura de la artista.
Este tipo de solicitudes, que podrían parecer inverosímiles, son más comunes en el mundo de los famosos de lo que uno podría pensar.
Woody Allen, por ejemplo, vive con un miedo extremo a los gérmenes. Para evitar cualquier riesgo, siempre viaja en su avión privado y exige que se desinfecte a fondo antes de cada trayecto. Incluso así, no baja la guardia: lleva mascarilla durante todo el viaje y se toma la temperatura cada dos horas.
Mariah Carey tampoco se queda atrás en cuanto a extravagancias. La diva ha llegado a viajar al Reino Unido acompañada de sus ocho perros Terrier, hospedándose en un hotel que contrató un chef especializado en gastronomía canina. Mientras sus mascotas degustaban platos exclusivos, ella brindaba con champagne... pero siempre con pajita.
Madonna, por su parte, exige que su vestidor esté rodeado de telas especiales impregnadas con aroma a flores. Y Jennifer López no se conforma con cualquier baño: pide inodoros hechos a su medida y papel higiénico japonés extra suave, considerado uno de los más exclusivos del mundo.
Estos caprichos pueden parecer desproporcionados, pero en el universo de las estrellas, donde el lujo es la norma y la privacidad una prioridad, lo extravagante es casi parte del protocolo.
Publicidad