La fiebre del Carnaval recorre todo el mundo

Venecia, Canarias, Alemania o Río de Janeiro... Parece claro que el ser humano sea donde sea, necesita transmutarse en algo distinto, aunque sólo sea por unas horas. En Cádiz, de hecho, lo mejor para pasar desapercibido es ir disfrazado y deleitarse con las chirigotas.

Tomamos el barco hasta Canarias. En las Islas Afortunadas, todo el mundo, incluso los mejores amigos del hombre, se transforman o son transformados de la manera más insospechada.

Cogemos el avión para viajar hasta Alemania. En ciudades como Colonia, las gélidas temperaturas se combaten con disfraces más espesos que en otras latitudes. "En Carnaval hay otra mentalidad. Nos juntamos los amigos, para comer, beber, bailar, cantar y pasarlo bomba", dice un transeúnte.

Más íntimo y sobre todo más estético y elegante es el carnaval de Venecia. El polo opuesto lo encontramos al otro lado del charco. En la ciudad de Oruro, en Bolivia, encontramos uno de los festejos más vistosos de Latinoamérica, en el que se mezclan lo pagano y lo divino.

Y en el vecino Brasil nos topamos con el carnaval por excelencia, el de Río de Janeiro. Pero también con uno de los más extraños. En la ciudad de Parati, el cieno de este lago es el único disfraz. Una buena propuesta para estos tiempos de crisis.