Ellas son las últimas 'chicas del calendario', porque antes fueron las de película y antes las auténticas, aquellas amas de casa que convulsionaron una pequeña localidad del norte de Inglaterra desnudánse para recaudar fondos contra la leucemia.
"Yo como soy una desvergonzada, no me costó desnudarme. Me gustó mucho el texto, mi personaje y lo que menos reparé fue en que tenía que desnudarme", nos dice Beatriz Carvajal.
Una historia que con más o menos destape... -"a mi sí me han preguntado: ¿pero hasta donde te desnudas? Id a verlo", nos cuenta Carmen Esteban- está llena de humor y ternura. "Ellas se tuvieron que enfrentar a toda una sociedad conservadora y fueron muy valientes", asegura María Garralón.
Un valor que también tuvieron otras mujeres en Valencia. Madres de alumnos que lograron con la venta de su calendario erótico que sus hijos no se quedasen sin autobús escolar.
Luchar contra el cáncer de mama, recaudar fondos para niños enfermos o para los afectados por el terremoto de Haití...
"Yo en la vida real no lo haría, porque también soy muy pudorosa", dice Asunción Balaguer. Un pudor que por arte de teatro olvidan cuando se suben a un escenario.