Restos de la antigua ciudad de Tiro

Publicidad

COMENZARÁ A EXCAVAR EN MAYO

Una arqueóloga española dirigirá la primera excavación en la antigua ciudad de Tiro

Conocida como la reina fenicia de los mares, la antigua ciudad de Tiro es el gran objetivo de la arqueóloga española María Eugenia Aubet, que regresa al Líbano en busca de una de las civilizaciones más importantes del Mediterráneo.

Un viaje al corazón de la antigua ciudad de Tiro, conocida como la reina fenicia de los mares, es el próximo desafío de la arqueóloga española María Eugenia Aubet, que vuelve al Líbano para reencontrarse con los restos de esa civilización. 

Esta especialista en la civilización fenicia comenzará a explorar a partir del próximo mayo esas ruinas en el sur del país, tras una ausencia de tres años motivada por la crisis económica en España. 

"Vamos a excavar en el centro de lo que era la ciudad de Tiro, la antigua isla y la parte noble donde estaban los templos, palacios y mercados", cuenta  entusiasmada Aubet. 

La experta explica que hasta ahora nadie ha excavado en la antigua isla que da origen a Tiro, por lo que su proyecto es "el sueño de cualquier arqueólogo" . 

"Quizás lo que encontremos no sea tan espectacular como lo que fue", sostiene Aubet, que se deja llevar por las descripciones de los monumentos de aquella época, es decir, en torno al 1.000 a.C. 

Murallas con dos puertas y edificios civiles y religiosos son algunos de los datos conocidos a través de las narraciones atribuidas a los profetas de Israel, que, según la arqueóloga española, odiaban Tiro por sus riquezas y terminaron describiendo la ciudad al detalle. 

Aubet, que acaba de obtener la autorización de las autoridades libanesas para excavar, tiene pensado trasladarse a Tiro con el también arqueólogo español Paco Muñoz y otros dos libaneses para preparar la próxima expedición. 

Su idea es comenzar los trabajos en mayo y continuar en junio, a sabiendas de que "no tienen mucho dinero" y deberán "movilizarse para obtener fondos", asegura. 

Desde hace más de una década, la arqueóloga realiza misiones en el Líbano, donde ha trabajado en un cementerio de la época fenicia que data de un periodo comprendido entre los siglos IX y VII a.C.

Las excavaciones realizadas en ese cementerio, encontrado casi intacto a la entrada de Tiro, cerca de un campo de refugiados palestinos, dieron lugar a hallazgos que permiten conocer mejor la historia de los fenicios y sus costumbres. 

También son una ayuda para losinvestigadores que estudian la vida en las colonias fenicias en España, Italia y Túnez. Con su nuevo proyecto, Aubet dice estar "encantada" con el recibimiento brindado por parte de las autoridades libanesas, en un momento en el que otros arqueólogos rechazan venir por la convulsa situación. 

No se muestra preocupada por la crisis de la seguridad que atraviesa el país a raíz de la guerra en Siria y destaca: "Lo que nos interesa es hacer hallazgos arqueológicos". 

Aubet ya se imagina delante de las ruinas de Tiro, fundada en una pequeña isla en el tercer milenio antes de Cristo y codiciada por grandes conquistadores como el rey de Babilonia Nabucodonosor o Alejandro Magno. 

El monarca de Tiro Hiram unió con terraplenes los islotes y ganó terreno al mar, lo que ayudó a que los mercaderes comenzaran a navegar y fundaran numerosas colonias por el mar Mediterráneo. Estas colonias reportaron a este pueblo de navegantes por excelencia una gran riqueza, especialmente de las industrias de púrpura y vidrio. 

Al mismo tiempo, esos viajes ayudaron a difundir la cultura y el alfabeto fenicio a los griegos, que conservan los escritos de Cadmus, hijo del rey de Tiro Agenor y hermano de Europa, a la que debe su nombre el continente. 

El desarrollo de la reina fenicia de los mares es patente también en su infraestructura, salpicada de acueductos, arcos de triunfo y un hipódromo, el más grande del imperio romano y que aún se conserva. 

La ciudad fue posteriormente sometida, ocupada y bombardeada por diversos pueblos, desde los romanos a los otomanos, lo que ocultó sus tesoros y su avanzada civilización, que Aubet tratará ahora de sacar de nuevo a la luz.

Publicidad