Fertilidad

Un nuevo hallazgo revela cómo el embrión asume el control de la vida desde sus primeras horas

Un equipo internacional de investigación ha identificado por primera vez un mecanismo decisivo que permite al embrión activar su propio genoma y dar inicio autónomo a su desarrollo.

Embrión

EmbriónFreepik

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El estudio, publicado en The EMBO Journal y coliderado por el investigador Miguel A. Moreno-Mateos (CABD, Universidad Pablo de Olavide-CSIC-Junta de Andalucía) y Ariel Bazzini (Stowers Institute for Medical Research, EE. UU.), muestra que una modificación química de proteínas es la llave que desencadena el comienzo de la vida en vertebrados.

Durante las primeras horas tras la fecundación, el embrión depende por completo de los componentes maternos almacenados en el óvulo. Solo avanza cuando se completa la transición materno-cigótica, el momento en el que el cigoto activa por primera vez su propio genoma. Este proceso, vital para que el desarrollo continúe, se creía regulado principalmente por factores genéticos, pero la nueva investigación demuestra que intervienen también modificaciones químicas de proteínas, en especial las fosforilaciones, que actúan como interruptores moleculares.

La correcta activación del genoma cigótico es crucial: cualquier fallo puede afectar a la implantación e incluso provocar malformaciones tempranas. “Comprender este mecanismo es esencial para avanzar en el conocimiento de la embriogénesis y de la fertilidad”, subraya Luis Hernández-Huertas, primer autor del artículo.

Una herramienta CRISPR abre un territorio casi inexplorado

Para estudiar estos factores con precisión, los científicos utilizaron una herramienta genética innovadora: CRISPR-RfxCas13d, diseñada para eliminar moléculas de ARN en embriones. Gracias a ella, pudieron analizar 49 genes maternos en pez cebra, uno de los modelos de vertebrados más utilizados junto con el pez medaka.

El cribado reveló el papel esencial de Bckdk, una proteína quinasa responsable de añadir grupos fosfato a otras moléculas. Cuando Bckdk no funciona, el embrión es incapaz de activar correctamente su genoma. Los resultados se confirmaron también en medaka, lo que demuestra que se trata de un mecanismo profundamente conservado a lo largo de más de 100 millones de años de evolución.

El hallazgo abre nuevas vías para estudiar cómo se inicia la vida tiene implicaciones directas en la fertilidad y en cómo procesos similares podrían influir en patologías como el cáncer o en la regeneración de tejidos. El equipo ya trabaja en evaluar si otras modificaciones químicas, como la metilación o la acetilación, también dirigen los primeros compases del desarrollo en otros vertebrados, incluidos mamíferos.

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