Médula ósea

Científicos crean un modelo realista de la médula ósea humana para reducir la experimentación animal

Logran reproducir el intrincado nicho endostal utilizando únicamente células humanas, un avance que promete transformar el estudio del cáncer hematológico y el desarrollo de fármacos.

Imagen de microscopía electronica ilustrando el modelo de médula ósea humana generado en el laboratorio colonizado por células sanguíneas en rojo.

Imagen de microscopía electronica ilustrando el modelo de médula ósea humana generado en el laboratorio colonizado por células sanguíneas en rojo. Andrés García García, Universidad de Basilea

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La médula ósea, ese órgano discreto que trabaja sin descanso para mantener la vida produciendo miles de millones de células sanguíneas al día, acaba de dar un salto del cuerpo humano al laboratorio. Un equipo de la Universidad y el Hospital Universitario de Basilea (Suiza) ha logrado reconstruirla íntegramente a partir de células humanas, recreando su arquitectura y diversidad con un realismo sin precedentes. El avance, publicado en Cell Stem Cell, no solo supone un hito científico, sino que promete transformar la investigación en cánceres hematológicos y acelerar el desarrollo de nuevos tratamientos.

La médula ósea es un tejido sorprendentemente complejo, organizado en distintos "nichos" que regulan la formación de la sangre. Entre ellos, el nicho endostal, situado junto a la superficie interna del hueso, juega un papel clave tanto en la hematopoyesis como en la resistencia de ciertos cánceres a la terapia. Hasta ahora, ningún modelo humano en laboratorio había logrado integrar todos los componentes celulares de este microambiente: vasos sanguíneos, células óseas, nervios y células inmunitarias.

El grupo dirigido por el profesor Ivan Martin y el Doctor Andrés García García ha conseguido este objetivo utilizando una estructura ósea artificial de hidroxiapatita, sobre la que incorporaron células madre pluripotentes derivadas de células humanas reprogramadas. A través de un cuidadoso proceso de diferenciación, guiaron a estas células para generar de forma reproducible la amplia gama de tipos celulares presentes en la médula ósea. El resultado es un tejido tridimensional de ocho milímetros de diámetro y cuatro de grosor que reproduce fielmente el nicho endostal y mantiene la producción de células sanguíneas durante varias semanas.

"Hemos aprendido muchísimo de los estudios en ratones, pero este modelo nos acerca como nunca a la biología real del organismo humano", señala Ivan Martin. La aproximación encaja con los principios de las '3R', reemplazar, reducir y refinar la experimentación animal, que guían la investigación biomédica moderna.

El sistema también despierta interés para el desarrollo de fármacos, aunque su tamaño aún resulta demasiado grande para pruebas de alto rendimiento, lo que requerirá futuras miniaturizaciones. Y, mirando más lejos, los investigadores imaginan una aplicación aún más ambiciosa: crear modelos personalizados de médula ósea a partir de células de cada paciente, con el fin de seleccionar las terapias más eficaces contra cánceres de la sangre. Un horizonte prometedor que, aunque todavía lejano, comienza a perfilarse gracias a este logro pionero.

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