En mitad de la calma que se respira en un hotel de vacaciones, estalla la emergencia. Un incendio simulado se ha declarado en una de las habitaciones y se propaga a la de encima. El personal del hotel es el primero en reaccionar.Cuando llegan los bomberos, además del humo y el fuego encuentran clientes que no quieren abandonar la habitación. Y en un ascensor rescatan a una persona atrapada. A otros clientes, en este caso reales, estar avisados del simulacro no les evita la sorpresa.
Esta simulación se producía en Gran Canaria y cerca del hotel donde a finales de noviembre una explosión de gas mató a dos personas e hirió a otras 4. Ahora los hoteles se preparan con más empeño con unos ejercicios que son obligatorios. En total se desaloja a 200 personas y en una hora la situación está controlada. Si llega el momento de tener que enfrentarse a un fuego, esperan que la reacción sea igual de buena