Que nuestra edad pulmonar triplique nuestra edad actual, que nuestro aspecto sea el de un auténtico anciano cuando apenas cumplamos los 60 años o que la perdida de capacidad de oxígeno sea cada vez mayor son algunas de las consecuencias del tabaco. Este es uno de los ejemplos, con 45 años su edad pulmonar es de 84, fuma una cajetilla y media de tabaco al día y ha acudido a Hospital Universitario de Canarias para ser aconsejado de cómo poder abandonar esta mala costumbreEl Hospital Universitario de Canarias y el hospital Doctor Negrín han puesto en marcha esta iniciativa para dar a conocer a los perjuicios reales que produce el tabaco. Sin duda lo que más impacto causa en el paciente, no es tanto que sus pulmones se pongan cada vez más negros, sino que su cara se convierta en esto si continúa fumando.