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Los nombres de los productos comerciales o negocios buscan atraer a la clientela con conceptos que denoten seriedad y rigor, sin embargo las estrategias comerciales cambian totalmente de sentido según el país en el que se comercialice la marca.
Las oficinas del Gobierno suelen llevar por nombre las siglas de la actividad que llevan a cabo pero esa combinación no siempre resulta bien sonante. En Chile, la oficina de beneficencia lleva por nombre 'Polla', un término que si bien en el país latinoamericano pasa inadvertido, en España sería motivo de mofa.
Los términos despectivos no suelen utilizarse para dar nombre a establecimientos, sin embargo, en ocasiones los dueños de los locales quieren alardear de originalidad en sus elecciones. Es el caso de una cafetería de Argentina que ha optado por llamar al local 'Mamarracha', nombre difícil de olvidar para los clientes.
El caso del gel íntimo 'Chilly' es uno de los mejores ejemplos de nombres erróneos para comercializar un determinado producto. El 'chili' es el nombre con el que se conoce comunmente a la guindilla picante mexicana por lo que no parece muy adecuado que éste sea el nombre de un gel calmante para la higiene íntima femenina.
La marca 'Knorr', conocida por sus sopas y salsas, cuenta entre sus productos con otro nombre polémico. En la versión japonesa de sus sopas cuenta con una variedad llamada 'Pota' que en la traducción española sería vómito, un término poco apropiado para asociar con una clase de sopa.
El término follador no transmite seriedad alguna para representar alguna marca o institución. Sin embargo, en Italia una reputada guardería bilingüe ha adoptado el nombre: Follador Nursery School mientras que uno de los vinos más famosos de Italia recibe el mismo nombre: Follador Prosecco Spumante.
Al lado de este traspiés idiomático los 'chochos' de Salamanca, nombre con el que se describen los altramuces y algunos dulces, o las 'Tortas para mamá' del reclamo publicitario de una cafetería argentina quedan en una mera anécdota.
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