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CONFIESAN DÓNDE ESTÁ EL CUERPO

Aparece el cuerpo de Antonio Fernández el cazador desaparecido hace meses en Toledo

El cuerpo del cazador desaparecido en Toledo ha sido encontrado finalmente por la policía. Antonio Fernández llevaba meses desaparecido. La última vez que fue visto con vida, se había ido a cazar con dos hombres que ahora son los acusados de su muerte.

Enterrado a un metro de profundidad, envuelto en un saco de dormir y con la cabeza cubierta por una bolsa de plástico. Así encuentra la Guardia Civil el pasado viernes el cuerpo sin vida de Antonio Fernández en un coto de caza. Tenía al menos un disparo. Se le localiza en la finca Los Baños, en la localidad de Aldeanueva de Barbarroya, en Toledo. En el lugar donde Antonio desaparece, tras acudir a cazar el pasado 30 de septiembre. El hallazgo se produce dos días después de la detención de los dos cazadores que acompañan a Antonio el día de su desaparición.

La familia de la víctima siempre los ha visto como sospechosos. Se trata de Rufino, apodado "El Conejo", un cazador muy conocido en la zona y de un primo suyo, también cazador, llamado Flores. La investigación de la Guardia Civil durante estos cuatro meses y medio estrecha el cerco en torno a ellos. Acaban confesando ante el juez el viernes, acorralados por las pruebas que los incriminan.

Según ha podido saber Espejo Público, se derrumban al escuchar grabaciones telefónicas suyas en las que reconocen haber acabado con la vida de Antonio Fernández y hablan de cómo se han desecho del cuerpo. Tras escuchar estas conversaciones, los detenidos se acusan entre sí y uno de ellos confiesa dónde está el cadáver. 
Flores, el primero en confesar ante el juez, situa el lugar dónde estaba enterrado el cadáver. Según su versión, es su compañaro Rufino el que dispara por la espalda a Antonio causándole la muerte. Pero los imputados se contradicen y se acusan entre sí. Según Rufino, es su primo quien dispara de manera fortuita a Antonio Fernández, en lo que, según él, es un accidente de caza. Mala fortuna, sin más.

Durante la investigación, la Guardia Civil halla cuatro zulos cavados en el zona donde desaparece la víctima. En uno de ellos, están enterrados dentro de un tubo de pvc el rifle y la cartuchería de Antonio Fernández. En otros zulos aparen varios de sus efectos personales, entre ellos el sombrero que lleva el día de su desaparicion.
Además de los cazadores que acompañan a Antonio, la Guardia Civil detiene a la esposa de uno de ellos, de Rufino. La mujer está en libertad con cargos. En el domicilio de Flores, los investigadores intervienen un arma corta con munición detonadora, dos armas largas, y cartuchería de varios calibres. Los detenidos se encuentran en la prisión de Ocaña, en Toledo, imputados por la muerte de Antonio Fernández y por los presuntos delitos de tenencia ilícita de armas, hurto y falsedad.

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