El verano trae jornadas sin fin para orquestas y feriantes

En agosto llega el momento de rentabilizar los gastos para los feriantes. Tener un atracción acarrea de media 30.000 euros, por eso en temporada alta los feriantes viven sobre ruedas y junto al recinto instalan su vecindario nómada. La caravanas se convierten en su segunda casa desde abril hasta octubre, cuando terminan las fiestas patronales.

Para hacerse una idea, el precio de un tiovivo puede rondar los 9.000 euros. Pero una atracción más grande, como por ejemplo una noria, puede llegar a los 100.000.

Otros trabajos que también recorren decenas de ciudades y pueblos durante los mese de verano, son los músicos de orquesta. Desde julio hasta septiembre, lo que facturan puede suponer un 70% de lo que recaudan durante todo el año.

Comprueban que no les falte nada de material antes de emprender otro nuevo viaje. Son vocalistas de orquesta, que recorren miles de kilómetros durante todo el verano. Su camión, con el escenario a cuestas, se monta y desmonta hasta tres veces más que cualquier otro mes. Las más modestas pasan de cobrar de 2.500 euros a 5.000, pero las más grandes llegan a ingresar hasta 20.000 euros por bolo.