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ENTREVISTA DESDE LA CÁRCEL

Josef Fritzl: “Lo que había entre Elisabeth y yo era amor”

Josef Fritzl, el monstruo de Amstetten, ha hablado desde la cárcel con un periodista del periódico alemán 'Bild en la prisión de máxima seguridad de Austria donde cumple su condena de cadena perpetua.

Año y medio después del juicio, nada queda de aquel hombre cabizbajo, que susurraba y aceptaba todos los cargos. Fritzl habla ahora con energía y seguridad. Su mirada, dice el periodista es extraña y extremedamente fría.

Durante 24 años mantuvo secuestrada a su hija Elisabeth, la violó más de 3.000 veces, tuvo siete hijos con ella, a uno le dejó morir.

"¿Se arrepiente de todo eso?", le pregunta el periodista. Fritzl sonríe: "De eso prefiero no decir nada". Junta sus manos, suspira y tarda unos 20 segundos en añadir: "Lo que había entre Elisabeth y yo era amor".

Dentro de 13 años podría pedir la revisión de su condena, para salir en libertad condicional. Fritzl cuenta que sueña con salir para poder cuidar a su mujer, Rose Marie. Explica que le ha escrito ocho cartas, pero ella no le ha contestado. Dice que será que ya no le quiere.

El periodista le enfrenta al hecho de que su familia, su mujer y sus 13 hijos no quieren saber nada de él. Fritzl responde convencido que todo fue culpa del juicio, que antes no tenían problema en acercarse a él.

La entrevista dura cerca de 70 minutos. Hay tiempo incluso para hablar de su vida diaria en prisión. Tiene una celda de 11,5 metros cuadrados, con una ventana y con televisión por cable donde puede ver 38 canales. Hace ejercicio todos los día y se ocupa de lavar los platos de todos los presos.

Pero Fritzl está aislado, por su propia seguridad no puede relacionarse con nadie. Dos guardianes le vigilan en todo momento. El periodista se marcha con la impresión de que Fritzl es un hombre muy inteligente.

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