Refugiados en Turquía

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SEGÚN UN ESTUDIO

El acuerdo entre la UE y Turquía sobre la inmigración crea refugiados de distinta categoría

El codirector del Centro Internacional para el Desarrollo de Políticas de Migración, Martijn Pluim, ha explicado que los refugiados se van a ver obligados a utilizar el servicio de mafias una vez que entre en vigor el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para repartir a los inmigrantes que lleguen al país. Subraya además que la crisis migratoria "no se puede gestionar con políticas simples" y advierte de que Europa necesita más inmigrantes porque la sociedad está envejeciendo debido a la baja natalidad y al aumento de la esperanza de vida.

El preacuerdo de esta semana entre la Unión Europea y Turquía sobre migración crea refugiados de distinta categoría ya que sólo prevé la posibilidad de reubicar a sirios en Europa desde suelo turco.

"Los refugiados podrían verse obligados a utilizar los servicios de las mafias"

Así lo considera Martijn Pluim, codirector del Centro Internacional para el Desarrollo de Políticas de Migración (ICMPD en sus siglas en inglés) en una entrevista en Viena. "Ahora han creado refugiados de diferentes clases. Algunas personas podrían querer pasaportes sirios para formar parte del nuevo plan de reparto seguro y legal que los lleve desde Turquía a Europa", advierte el experto belga.

Según el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR), los Estados no deberían establecer discriminaciones entre grupos de refugiados por su procedencia.

El experto considera que el presidente sirio, Bashar al Asad, "puede imprimir muchos pasaportes para aumentar la presión migratoria en Turquía".

El acuerdo entre la UE y Turquía contempla que todos los inmigrantes que lleguen desde la costa turca de forma irregular a las islas griegas serán deportados de vuelta al país eurasiático. A cambio, la Unión Europea reubicará a un refugiado sirio procedente de Turquía por cada uno que Turquía readmita desde Grecia.

ACNUR advierte de que la expulsión colectiva está prohibida por la Convención Europea de Derechos Humanos, y que la expulsión directa de extranjeros hacia un país tercero no es compatible con la legislación europea ni con la legislación humanitaria internacional.

Cuando el acuerdo entre Bruselas y Ankara entre en vigor, la ruta para llegar a Europa Occidental "será más peligrosa, más complicada por el aumento de controles y más cara porque los refugiados podrían verse obligados a utilizar los servicios de las mafias", asegura Pluim. El experto en migración asegura que las rutas "serán diferentes, quizás desde otras islas griegas, a Albania", aunque reconoce que "todavía no se sabe cómo se desarrollarán".

El ICMPD, con sede en Viena, es un centro de estudios y proyectos sobre migración con presencia en 15 países y que tiene rango de observador ante Naciones Unidas. Ante el complejo panorama, el responsable de ICMPD advierte que la crisis migratoria "no se puede gestionar con políticas simples".

El experto propone un plan a largo plazo por el que Europa debería organizar el traslado de "100.000, 200.000, o 300.000 sirios por año desde Turquía". "Y en ese intercambio, Turquía debería asegurar la asistencia a los refugiados que se queden (en su territorio). Este reparto ordenado podría funcionar bien en la práctica", asegura. Sin embargo, eso requiere lo que Pluim califica como "pensamiento completamente distinto sobre migración". Solo así se podará hacer frente a la crisis de refugiados y a "la tendencia (demográfica) negativa en la población europea".

El experto se refiere al envejecimiento de la población en Europa: los europeos viven más tiempo pero tienen menos hijos. Eso aumenta el número de personas de edad avanzada y jubilados, a la vez que disminuye la proporción de personas en edad de trabajar, según apunta el último informe de la Comisión Europea.

Para cambiar esa tendencia, Pluim estima que la UE necesita en realidad más inmigrantes y no menos, porque "la composición demográfica del mundo está cambiando". "Tendremos más gente árabe y africana en nuestras calles en los próximos diez años. Y debemos estar preparados para ello", vaticina. Pluim aboga por "más Europa" y una cooperación más estrecha en el área de asilo, de retorno y de integración para resolver la crisis. De lo contrario, si los países europeos gestionan la crisis a nivel nacional, "será todo un desastre", advierte, ya que, a su juicio, "solo funciona a nivel de la UE".

En esta línea, Pluim asegura que la UE reaccionó a esta crisis "demasiado tarde y mal", porque "debería haber escuchado las advertencias de las organizaciones internacionales". "No debería haber ignorado en los últimos años que Turquía y Líbano estaban desbordados por la llegada de refugiados, además de los problemas de Libia, Yemen, entre otros. Deberían haber estado preparados", critica.

En todo caso, reconoce que las decisiones políticas aplicadas hasta ahora por la UE han tenido cierto éxito en disuadir a los inmigrantes económicos de venir a Europa. "Han dado un fuerte mensaje desde Europa de que no quieren ver a inmigrantes en sus calles. Aunque este acuerdo (UE-Turquía) no funcione, en la práctica el mensaje está claro para los sirios que están ahora en Turquía", argumenta.

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