El director adjunto de conservación del Prado, Gabriele Finaldi, asegura que los servicios, que hasta ahora estaban ubicados en el Edificio Villanueva, “pasarán a los nuevos espacios que se podían recuperar para mostrar la colección”.
La estrella sigue siendo Velázquez. Y a su alrededor, Tiziano, Tintoretto o Veronés, maestros del arte veneciano que rescatan la esencia con la que abrió sus puertas el museo.
Se recuperan 25 salas y 300 nuevas obras que podrán visitarse en una nueva ruta en forma de bucle, el “recorrido ideal”, según los responsables.
Con esta reordenación, “se podrá acceder desde el centro del edificio más que desde los extremos, como había sido hasta ahora”, explica Gabriele Finaldi.
El Prado se abre a la historia y se moderniza para mejorar su calidad pictórica. Un proyecto que pretende dar sus últimas pinceladas en un año y medio.