EN LA TEMPORADA 3

Lámparas humanas, cabezas reducidas y orgías nazis: Así era Ilse Koch, la Zorra de Buchenwal, que inspira a Ed Gein en Monstruo

Monstruo: La historia de Ed Gein es escalofriante. Sin embargo, más todavía lo fue Ilse Koch. Apodada la zorra de Buchenwal, esta mujer nazi fue responsable de auténticas atrocidades en la II Guerra Mundial.

Ilse Koch y Ed Gein en la temporada 3 de Monstruo

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En una serie como Monstruo se espera que el protagonista de la temporada sea el personaje más aterrador. Si bien es cierto que la historia de Ed Gein es lo suficientemente fuerte como para hacer temblar incluso a los más valientes, hay un personaje que supera todas las expectativas.

En la serie, conocemos a Ilse Koch a través de cómics y visiones del propio Gein. Sin embargo, como bien se dice, muchas veces la realidad supera la ficción. Quien fuera apodada como la Zorra de Buchenwal sobrecogió al mundo con los actos más terribles que uno pueda imaginar.

Una criminal de guerra en la Alemania nazi que ha vuelto a dar de qué hablar tras el estreno la temporada 3 de Monstruo. Pero, ¿quién fue realmente y cuáles fueron sus acciones?

Ilse Koch en Monstruo: La historia de Ed Gein
Ilse Koch en Monstruo: La historia de Ed Gein | Netflix

Primeros años y llegada al poder

Un 22 de septiembre de 1906 nacía en Dresde Margarete Ilse Kohler. Nada hacía anticipar por aquel entonces que la hija de una familia de clase media pasaría a ser la temida persona en la que se convirtió años más tarde. Pero, ya en su juventud, se afilió al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, dando los primeros pasos hacia un futuro aterrador.

No tardó en ascender en el NSDAP y pasó de ser una secretaria más a casarse con uno de los ayudantes de Heinrich Himmler, el jefe de las SS. Así, a sus 30 años, se casaba con Karl Koch para adoptar el apellido que le acompañaría hasta el día de su muerte.

Los Kolch fueron padres de tres hijos, Artwin, Gisele y Gudrun, quien falleció en su infancia. Ahora bien, los rumores afirman que esto no era más que el escaparate necesario para progresar en las filas nazis. Y es que, una vez cumplido con el modelo familiar idílico, Ilse convirtió el centro de exterminio de Buchenwald en su macabro patio de recreo.

Ilse Koch
Ilse Koch | Cordon Press

Las torturas y aberraciones de Ilse

Las mujeres de los comandantes nazis debían ejercer de amas de casa, tapándose los ojos ante las atrocidades que ocurrían en los campos de concentración. Una realidad que bien supo reflejar La zona de interés. Sin embargo, esto no era lo que Ilse quería para ella. Tenía oscuros y temibles deseos que, en Buchenwald, pudo hacer realidad sin nadie se lo impidiera.

Iba en caballo por el lugar, látigo en mano, torturando a las víctimas que ella considerada. También fue famosa por vestirse de manera provocativa frente a las personas recién llegadas al campo de concentración, con el único fin de dar una paliza a cualquiera que la mirara directamente, dejando inconsciente o asesinando a golpes si así lo quería. Incluso se le acusó de lanzar perros contra las embarazadas con un único fin: divertirse con los gritos de las mujeres.

Durante sus ratos libres, Ilse organizaba orgías y se acostaba con los subordinados de su marido. Una pulsión que no se limitaba al mero placer con sus amantes, sino que también buscaba la humillación sexual de los presos. Lo cual la llevó a recibir el sobrenombre por la que ha pasado a la historia: la Zorra de Buchenwald.

Aunque todo esto no fue lo más sádico que hizo Koch. Y es que disfrutaba de crear todo tipo de artículos con la piel de aquellos reclusos que tenían tatuajes. Lámparas de piel humana, cabezas reducidas, guantes o fundas de libros fueron algunos de los objetos rescatados cuando las tropas soviéticas la detuvieron. Una auténtica aberración que evidencia la locura de la asesina, llevando a límites insospechados la deshumanización que ya había de por sí en la Alemania nazi.

Así, Ilse elegía a dedo a quien quería para ejecutarlo y enviarlo a su quirófano personal. Lugar en el que les extraía la piel, al igual que lo hace el protagonista de Monstruo: La historia de Ed Gein. Un auténtico horror que resulta increíble pensar que sucediera; pero las pruebas así lo demuestran y estos objetos se convirtieron en la cara más oscura de Buchenwald.

Juicio y final

Afortunadamente, el III Reich cayó; no obstante, Ilse ya había tenido conflictos con los propios nazis antes de ello. Y es que en 1943 juzgaron al matrimonio, concluyendo con la condena a muerte de Karl por malversación de fondos, asesinato o, entre otros cargos, amenaza a oficiales.

Ella trató de escapar y se refugió en Ludwigsburg, dejando atrás el campo de Buchenwald y a sus dos hijos. Pero no le sirvió de nada y fue capturada. Su tétrica obra dio la vuelta al mundo; aunque, en primera instancia, no se logró demostrar su culpabilidad.

En 1951 fue puesta en libertad por falta de pruebas; pero, en ese mismo año, volvió a ser detenida por los alemanes y condenada a cadena perpetua. Pasó 16 años en prisión, donde solo le visitaba uno de sus hijos. El 1 de septiembre de 1967 acabó con su vida, ahorcándose en su propia celda.

Estamos ante uno de los escándalos más impactantes de la era más terrible del siglo pasado. La Zorra de Buchenwald sacó lo peor de sí para torturar, asesinar y profanar durante ocho años sin piedad alguna a quienes ella quisiera.

Ahora, su figura vuelve a mostrarse temible en la temporada 3 de Monstruo. Presentada como la inspiración de Ed Gein, Ilse Koch es capaz de aterrorizar, más si cabe, que el asesino interpretado por Charlie Hunnam.

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