RELAX O ANSIEDAD

Vacaciones en familia: ¿Descanso real o estrés encubierto?

Durante el año, tendemos a idealizar las vacaciones de verano. Nos imaginamos realidades que, muy a menudo, no suceden: lo que pensábamos que iba a ser relax y calma se convierte en estrés y ansiedad. ¿Hay solución? ¿Cómo podemos disfrutar de verdad del tiempo en familia?

Madre e hija practicando yoga y meditación en la playa

Madre e hija practicando yoga y meditación en la playaFreepik

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Las vacaciones en familia se presentan como un momento ideal para desconectar, disfrutar del tiempo juntos y recargar energías. Sin embargo, no es raro que lo que debería ser una etapa de descanso se convierta, sin quererlo, en una fuente de estrés. ¿Te suena? Discusiones, agendas apretadas, expectativas desbordadas… Y de pronto, estamos deseando que llegue septiembre para descansar de las vacaciones.

De hecho, el mes de septiembre es un pico alto para los psicólogos por volver a la rutina (y tener que enfrentarnos al jefe de turno), por la cantidad de trabajo y falta de motivación y, sobre todo, porque muchas personas vuelven de las vacaciones con problemas familiares o de pareja tras pasar el tiempo de descanso en familia.

¿Por qué nos estresan las vacaciones?

Aunque tengamos la mejor intención, hay varios factores que pueden convertir las vacaciones familiares en un terreno emocionalmente intenso:

  • Expectativas poco realistas: queremos que todo salga perfecto, que los niños estén felices, que la pareja esté más unida que nunca y que todo fluya… pero la realidad es otra.

"El mejor recuerdo no es la excursión planificada con detalle, sino ese momento espontáneo en el que todos reísteis sin motivo"

Grecia de Jesús, psicóloga clínica

  • Rutinas alteradas: cambios en los horarios de sueño, alimentación o descanso pueden alterar el ánimo tanto de adultos como de niños.
  • Convivencia intensiva: pasar 24/7 juntos puede sacar a la luz tensiones que en el día a día están más diluidas. Además, cuando se trata de niños pequeños dejamos de tener ciertas ayudas de las que podemos disponer en un día con una rutina normal (guardería, niñera, etc.).
  • Carga mental del viaje: organizar maletas, comidas, trayectos, actividades, viaje en coche… todo esto aunque suene divertido, también requiere una preparación que puede suponer un cansancio extra.
Una mujer organiza su viaje de vacaciones.
Una mujer organiza su viaje de vacaciones. | iStock.

Señales del estrés vacacional

A continuación, se mencionan algunas señales de alarma de que te estás estresando en tus vacaciones:

  • Irritabilidad: desde primera hora de la mañana te levantas ya irritable o con sensación de agobio.
  • Tensión: Aumento de tensión en tu trato con los demás que se manifiesta con más discusiones de lo habitual con tu pareja o hijos.
  • Culpabilidad: Tu nivel de disfrute no es óptimo y además, te sientes culpable por ello. Sientes que no estás disfrutando como deberías, lo que te hace sentir culpable por las expectativas y el tiempo y el dinero gastados.
  • Negatividad: Aparecen pensamientos negativos sobre las propias vacaciones: "Esto no era lo que esperaba, estoy más cansada ahora que antes de venir, necesito vacaciones de mis vacaciones...".

Cómo disfrutar de verdad de las vacaciones en familia

Aquí van algunas estrategias que pueden ayudarte a transformar el estrés en calma vacacional:

1. Rebaja las expectativas

En vez de aspirar a las vacaciones perfectas, aspira a momentos agradables, aunque no todo salga como planeaste.

Ejemplo práctico: Si un día llueve y no podéis ir a la playa, improvisad una tarde de juegos de mesa o cine en casa. La flexibilidad es tu aliada.

2. Distribuye la carga mental

No es justo (ni sano) que una sola persona lleve todo el peso organizativo.

Ejemplo práctico: Haz una lista de tareas antes del viaje (maletas, alojamiento, comidas, actividades) y repártelas con tu pareja o hijos, según su edad.

Una familia disfruta de un pícnic en la playa
Una familia disfruta de un pícnic en la playa | Pexels

3. Respeta espacios individuales

Aunque sea tiempo en familia, es importante que cada miembro tenga momentos de desconexión personal.

Ejemplo práctico: Puedes proponer una hora libre diaria donde cada quien haga lo que quiera: leer, caminar, dormir la siesta…

4. Mantén rutinas mínimas

No hace falta seguir el horario escolar, pero mantener algunas rutinas (hora de dormir, alimentación) ayuda mucho a la estabilidad emocional, sobre todo en niños.

5. Acepta el caos controlado

Viajar con niños implica imprevistos, rabietas, maletas llenas de "por si acasos" … y también mucha risa, vínculo y aprendizaje. El caos no es tu enemigo: es parte del plan.

En conclusión, las vacaciones pueden ser un regalo o una trampa, dependiendo de cómo las gestionemos. No se trata de hacer más cosas, sino de bajar el ritmo, soltar el control y conectar con lo esencial. A veces, el mejor recuerdo no es la excursión planificada con detalle, sino ese momento espontáneo en el que todos reísteis sin motivo.

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