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Manguitos o chaleco: ¿Cuál es el mejor sistema de protección para los niños?

Aunque la oferta es amplia, no todos los sistemas de flotación son fiables.

Niños y niñas en la playa.

Niños y niñas en la playa.Pexels.

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Es más fácil disfrutar de un baño en la piscina, la playa, el estanque, el río o el pantano cuando los más pequeños de casa saben manejarse en el agua, pero hasta que llega ese momento... ¡toca sufrir!

Cuando suben las temperaturas y ansiamos que llegue el momento de darnos un baño, muchos progenitores nos hacemos la misma pregunta ¿cuál es el mejor sistema para mantenerse a flote?

Ángela Recio, fundadora de Moraigthestore, una empresa especializada en puericultura, confirma que los productos que más se venden "no están relacionados con las modas, sino con la información actualizada que se maneja en el momento". Nos cuenta que "hace 40 años se usaban y vendían unas cosas que hoy los profesionales no recomiendan" y tiene toda la razón.

Como ejemplo, tenemos el flotador, tan de moda hace décadas y que ahora ha desaparecido de la panorámica veraniega como sistema de protección. Los donuts, los flotadores con cabeza de patito y los que llevan incorporados una braguita se consideran peligrosos.

Primero, porque son de plástico y es un material que se puede pinchar fácilmente; segundo, porque se estropean con el sol o las altas temperaturas y pierden toda su eficacia (si es que la tienen). Más contras: el niño corre el riesgo de quedarse con la cabeza bajo el agua y los pies fuera cuando quiere girar.

Qué sistema de protección en el agua es mejor

Hay tres aspectos fundamentales a tener en cuenta para elegir el mejor sistema de flotación para un niño "la edad del pequeño, el peso y después lo desenvuelto que se encuentre en el agua", confirma Recio. Para ella es independiente el uso -lúdico o didáctico- que se le vaya a dar: "en cuestiones de seguridad infantil no debemos jugárnosla", recomienda.

¿Son buenos los manguitos?

Los manguitos, de plástico o espuma, son elementos de flotabilidad estáticos, por lo que limitan la movilidad de brazos y hombros. Esto es un problema porque si un niño que está acostumbrado a utilizar manguitos pierde uno de ellos en el agua, no sabrá cómo se deben mover las extremidades para mantenerse a flote.

¿Son buenos los chalecos de flotación?

"Tanto los flotadores como los manguitos tienen mucha menos salida en el mercado que los chalecos", asegura Recio tras años de experiencia como especialista en material de puericultura. Atribuye el éxito de estos productos a que permiten la libertad de movimiento de brazos y piernas. Además,"no vician la postura y con su uso el peque aprende a mantenerse a flote; cosa que con otros sistemas no pasa", añade.

Otros sistemas de seguridad

Una de las opciones más populares entre los productos de puericultura para el baño de los menores son las burbujas, los cinturones de piezas de corcho y los churros.

Las burbujas y todas sus variantes fomentan la propulsión y que el niño esté en movimiento. Los cinturones colocan el cuerpo de los pequeños en la postura adecuada para iniciarse en la natación. Los churros pueden ser divertidos para jugar y mantener el equilibrio... pero debemos ser conscientes de que no son un sistema seguro porque si los soltamos nos quedamos desprotegidos.

Cómo mantener en buen estado los manguitos y chalecos

Las medidas de los manguitos y los chalecos deben ajustarse correctamente al tamaño de las criaturas, por lo que es aconsejable renovarlos cada temporada.

Si deseamos guardarlos para que un miembro de la familia más pequeño pueda usarlo en un futuro, debemos asegurarnos de cumplir con tres máximas: nunca verter lejía, evitar la exposición al sol y alejarse de las fuentes de calor.

La mejor manera de conseguir que esté bien limpio es pulverizar sobre el tejido un quitamanchas suave y, una vez lavado y enjuagado, extenderlo a la sombra en la corriente del aire para que se seque adecuadamente. Evitaremos corrosiones en el tejido, deformaciones de los materiales y la aparición de moho.

El mejor sistema de protección es estar cerca

Sea cual sea el producto por el que nos decidamos, para que los más pequeños de casa disfruten de sus baños de forma segura, hemos de cerciorarnos que cumple con los requisitos de la normativa europea.

Recuerda que lo más seguro para un niño que no sabe nadar es estar en brazos de un adulto. Pero como no podemos evitar que gocen de su libertad, no debemos olvidar la norma del 10-20: mirar a los niños cada 10 segundos y no estar a más de 20 segundos de distancia.

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