PREPARA TUS ALTERNATIVAS CASERAS Y SANAS
Fast food: ¿qué opciones son las más sanas?
Hamburguesas, perritos calientes, pizza… es difícil resistirse a los encantos de la denominada fast food, aunque esta no goce precisamente de buena fama. La comida rápida está muy rica, pero la mayoría de productos que forman parte de ella son bombas calóricas que además, suelen contener muchas grasas saturadas, por lo que abusar de estos alimentos puede poner en riesgo la salud. Aquí tienes un repaso de lo que supone cada uno.
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Hamburguesa
Carne, bacon, queso, mayonesa, ketchup… Una hamburguesa grande con queso de un restaurante de comida rápida aporta unas 500 calorías y unos 24 gramos de grasa. Si a ésta le añadimos más condimentos, el aporte calórico puede subir hasta las 600 o 700 calorías.
Pizza
Una porción estándar de pizza barbacoa o pepperoni aporta unas 200 calorías. Teniendo en cuenta que cuando vamos a una pizzería lo normal es comer dos o tres raciones, el resultado es una bomba de unas 600 calorías. A esto hay que añadirle el colesterol, los carbohidratos y las grasas saturadas, que suelen rondar los 10 gramos por trozo.
Perrito caliente
El problema de los hot dogs reside en su ingrediente principal: la salchicha. La carne de los perritos es procesada, contiene mucho sodio y también aditivos perjudiciales como nitritos. Esta composición, junto con salsas como el ketchup y la mostaza hacen que un perrito caliente posea unas 350 calorías.
Patatas fritas
Una porción mediana de patatas fritas (100 gramos) posee un promedio de 400 calorías y 15 gramos de grasa saturada. Además, las patatas apenas aportan nutrientes de calidad y tienen demasiada sal, lo que a largo plazo puede causar hipertensión.
Aros de cebolla y nuggets
Un solo aro de cebolla aporta 100 calorías, y un nugget 60. El problema de estos alimentos es que es muy difícil comer solo una porción, que llevan rebozados ricos en grasas y que, por ejemplo, los nuggets de pollo apenas contienen carne de calidad.
¿Cuáles son las alternativas?
La comida rápida es perjudicial siempre que se abuse de ella. Un consumo muy esporádico no tiene por qué conllevar riesgos para la salud, aunque siempre puedes buscar alternativas más sanas si te apetece una hamburguesa o una pizza.
En lugar de acudir a tu restaurante favorito de comida rápida puedes preparar tú misma los platos utilizando ingredientes frescos y naturales, que tienen mayor calidad y estarán libres de aditivos y conservantes. Además, al estar en tu propia cocina tendrás el control sobre las cantidades y las calorías que aportas a la receta.
Una hamburguesa de carne picada, lechuga y tomate cocinada en casa puede aportarte una cantidad de calorías 3 veces menor a una adquirida en un restaurante. Lo mismo ocurre con los perritos calientes: si la salchicha es natural o preparada por ti, será mucho más saludable. También puedes preparar tus propias pizzas en el horno, controlando la cantidad de queso e incluyendo más ingredientes saludables como champiñón, aceitunas o espinacas.
Y si te apetecen patatas, fríelas en casa, donde podrás controlar la cantidad de aceite (asegúrate de que sea siempre de oliva) y sal que les echas.
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