NovaMás» Cocina

TE CREES QUE LA BORDAS, PERO ESTÁS EQUIVOCADO

Errores que cometes al prepararte una crema de verdura (fría o caliente)

Llega el buen tiempo y pasamos de las cremas de verduras calentitas y consistentes a otras más ligeras y frescas, propias del verano. En cualquier caso, seas de gazpacho o de crema de calabaza, no cometas estos errores.

Gazpacho

La receta de Arguiñanoantena3.com

Publicidad

1- Ojo con el agua de cocción

Puedes pasarte o quedarte corto y cualquiera de las dos opciones es mala. Lo ideal es apartar gran parte del agua y colocarla en un cazo, empezar a batir y añadir agua poco a poco en función de la que vayas necesitando. Lo importante es que las cremas no adquieran textura de puré, sino preferiblemente que queden tirando a líquidas, especialmente si tenemos intención de guardarlas en un táper en la nevera y recalentarlas, pues irán perdiendo agua. Si nos sobra mucha agua porque hemos calculado mal, es importante no tirarla: siempre podemos guardarla para hacer una sopa o incluso congelarla (pues podremos utilzarla para cualquier guiso posterior).

2- Nata o quesito, ¿sí o no?

Si nuestra idea es hacer una crema ligera y baja en calorías deberíamos evitar añadir nata, así tendremos una crema más saludable. Pero si eso no nos importa, siempre podemos añadir, al final, un chorro de nata líquida, leche o incluso un quesito, que aportarán cremosidad al conjunto.

Crema de espárragos, puerro, calabacín y menta con kataifi relleno de gamba, espárrago salteado y gominola de jengibre
Crema de espárragos, puerro, calabacín y menta con kataifi relleno de gamba, espárrago salteado y gominola de jengibre | antena3.com

3- La patata siempre ayuda

No sólo a dar consistencia a la crema, sino también contribuirá a suavizar el sabor de aquellas sopas que elaboramos con verduras más potentes. Desde la crema de espinaca a la de brócoli, acelgas o guisantes: unas patatitas siempre ayudan a aportar cremosidad, consistencia y un sabor ligeramente dulzón. Zanahoria y calabaza cumplen la misma función que la patata.

4- La temperatura es fundamental

Las cremas de verduras tienen que servirse muy calientes en invierno y muy pero que muy frías en verano. Por este motivo, cuando llega el buen tiempo es fundamental elaborarlas con tiempo para poder servirlas fresquitas, directamente de la nevera.

5- Cuidado con los tropezones

Utilicemos el robot de cocina, la Thermomix o un simple pasapuré, es importantísimo que nuestra crema de verdura quede bien batida, sin grumos ni tropezones. Si, aún así, después de batir vemos que nos ha quedado algún trozo, es conveniente que lo retiremos con la ayuda de una cuchara.

Crema de garbanzos con flautas y lombarda
La receta de Arguiñano | antena3.com

6- Un chorrito de aceite

Los aceites aromáticos son grandes amigos de muchísimos platos, pero en especial de las cremas de verduras. Puedes adquirirlos o elaborarlos directamente en casa (simplemente hay que dejar macerar el aceite de oliva virgen extra con las especias, hierbas o ingredientes que deseemos durante unas semanas), y darán un toque sensacional a las cremas. ¿Has pensado añadir un chorro de aceite de albahaca a tu crema de calabazas? ¿O finalizar tu crema de calabacín con un toque de aceite aromático de nueces? ¿La crema de brócoli con un chorrito de aceite de romero? Las posibilidades son infinitas y nos permitirán jugar con los sabores de nuestras cremas, primer plato por excelencia tanto en invierno como en verano.

7- Sí a los picatostes

Un chorro de aceite y un toque de picatostes (puedes hacértelos en casa) darán empaque a nuestra crema, aunque también funciona, por ejemplo, añadir frutos secos rallados. Son cardiosaludables y aportarán mucho sabor.

Crema de calabaza con puerros y picatostes de pan y bacalao
La receta de Arguiñano | antena3.com

8- Hay que pelar las verduras

Parece una perogrullada, pero aún en ocasiones nos encontramos en algunos sitios las clásicas cremas de calabacín salpicadas de pegotes verdes. Es la piel, sí, y probablemente es muy nutritiva, pero hay que evitarla en las cremas.

9- Cebolla y puerro, siempre

A menudo cometemos el error de agarrar un brócoli, hervirlo, batirlo y acabar lamentando la rapidez con que hemos obrado. El resultado es un plato tosco y de sabor contundente, fruto de haber prescindido de los dos ingredientes aromatizantes por excelencia: cebolla o puerro. Ellos serán los que darán aroma a nuestra crema, especialmente si los doramos con mantequilla antes de incorporar el resto de las verduras y el agua.

Ajo, cebolla, cebollino...
Ajo, cebolla, cebollino... | Cocinatis

10- Agua embotellada, por favor

Sin volvernos unos talibanes del agua embotellada, pues algunos otros platos sí que aceptan un toque de agua del grifo, en el caso de sopas y cremas sí que es fundamental que el agua sea mineral embotellada. Así evitaremos el regusto a cloro, cal y otros minerales propio del agua que cogemos directamente del grifo.

Publicidad