CÓCTELES HORRIBILIS I
Amber Moon, probablemente el cóctel más malo del mundo
En coctelería no todo vale. Hay combinados horripilantes que lo único que han conseguido es amargarnos las noches en las que nos las hemos visto con ellos. Uno de nuestros hits en materia de cócteles que jamás tendrían que haber existido es el Amber Moon. Os contamos cómo nació y por qué es tan horrendo.
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Cuando te cuentan que un cóctel nace con el objetivo de paliar las resacas ya se te pone la mosca detrás de la oreja. Pero luego piensas en el Bloody Mary, que nació precisamente con el objetivo de que la vitamina C del tomate paliase los pinchazos en las sienes y asentase la cantidad de variopintas sustancias que llevásemos en el estómago. Así que decides dar una oportunidad al llamado Amber Moon, que además tiene un nombre bonito. Porque no quieres ser de esas personas que sólo comen patatas fritas y escalopa y dicen no a cualquier tipo de innovación gastronómica, así que empiezas a investigar qué tiene el Amber Moon, un cóctel adorado por algunos pero que otros muchos, la mayoría, consideran abominable.
El ingrediente principal del Amber Moon es un huevo crudo, con la yema sin romper, que se introduce en el vaso, al que posteriormente se añade sal, pimienta, salsa inglesa, un chorrito de whisky (existen variaciones con vodka) y un poco de tabasco. Existe su versión sin alcohol, que probablemente sea aún, si cabe, más infame, un combinado que lleva el también bonito nombre de Prairie Oyster.
Una cosa curiosa del Amber Moon es que no hay nada que le salve: también tiene una pinta lamentable, con la yema del huevo flotando desangeladamente en medio de ese líquido semiviscoso de color indefinido. Su momento de gloria se produjo en la película 'Asesinato en el Orient Express', basada en la novela homónima de Agatha Christie, con esa popular secuencia en la que uno de los viajeros del tren bebe su Amber Moon para desayunar justo antes de descubrir el asesinato.
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