COMPLEMENTACIÓN ALIMENTARIA
Una piel bronceada empieza en la cocina: los alimentos que protegen y potencian el moreno
Seguimos los consejos de la doctora María José Crispín, médica nutricionista, que recuerda que el bronceado no depende solo de las cremas solares. La alimentación también juega un papel clave para lograr una piel dorada, sana y protegida desde dentro.

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Con la llegada del verano, los días se alargan, suben las temperaturas y también las ganas de pasar tiempo al aire libre. Tomar el sol se convierte en uno de los placeres más buscados de la temporada, y con él, el deseo de lucir una piel dorada y luminosa.
Sin embargo, según la Dra. María José Crispín, médica nutricionista de la Clínica Menorca, un bronceado saludable no solo se cuida desde fuera con protectores solares, sino también desde dentro, a través de una alimentación adecuada que prepare la piel y refuerce sus defensas frente a la radiación solar.

El bronceado es una defensa
El bronceado es una respuesta natural de la piel frente a la radiación solar, provocada por la producción de melanina. Sin embargo, acumular color no es sinónimo de bienestar. "Cuanto más bronceada está la piel, más daño solar ha recibido", advierte la doctora.
Exponerse sin control puede acelerar el envejecimiento cutáneo, favorecer la aparición de manchas y, a largo plazo, aumentar el riesgo de cáncer de piel. Por eso, la experta insiste en que ningún alimento sustituye al uso de fotoprotección con SPF 50 durante todo el año.
Qué comer para preparar la piel para el sol
Algunos nutrientes estimulan la producción de melanina y refuerzan las defensas naturales de la piel.
Destacan, sobre todo, los betacarotenos, pigmentos antioxidantes presentes en frutas y verduras de color naranja, rojo y verde, como la zanahoria, la calabaza, el tomate, los albaricoques o las espinacas.

También es clave la L-tirosina, un aminoácido esencial para la síntesis de melanina que se encuentra en legumbres, plátanos, aguacates y frutos secos.
Además, la vitamina E, que se encuentra en el aceite de oliva virgen extra o los frutos secos, y los ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado azul o las nueces, aportan un efecto protector y antiinflamatorio.

Cómo recuperar la piel después del sol
Tras la exposición solar, el objetivo es reparar el daño celular. Los antioxidantes juegan aquí un papel fundamental. Entre los más eficaces están:
- Betacarotenos y vitamina C: Kiwi, fresas, cítricos o pimientos crudos.
- Vitaminas del grupo B: Cereales integrales o huevos.
- Vitamina E y omega-3.
- Minerales como el zinc y el selenio, que refuerzan la inmunidad cutánea.
Y, por supuesto, el agua: una buena hidratación es esencial para mantener la elasticidad y salud de la piel.
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