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TODAVÍA NO ESTÁ DISPONIBLE EN ESPAÑOL

Alfred, el mayordomo virtual europeo destinado a las personas mayores

Alfred es un asistente que se podrá utilizar en teléfonos inteligentes o tabletas con distintas aplicaciones que gestionan tanto la información del usuario como la exterior. Este proyecto busca satisfacer cuatro puntos básicos: la interacción por voz, la inclusión social personalizada, los cuidados médicos particulares y la prevención de deficiencias físicas y cognitivas.

Hasta once socios de cinco países, incluyendo España, han participado en el desarrollo de 'Alfred', un mayordomo virtual especialmente concebido para fomentar la independencia e integración social de las personas mayores, en un proyecto cofinanciado por la Comisión Europea.

Este asistente personal podrá utilizarse en teléfonos inteligentes o tabletas con distintas aplicaciones, respaldadas por una infraestructura que alimenta y gestiona tanto la información del usuario como la exterior.

'Alfred' ha pasado "con resultados satisfactorios" su primer período de prueba durante los últimos meses en Alemania, Holanda y Francia, ha explicado Emilia García, responsable de proyectos de innovación de Wordline Iberia, una de las empresas que han trabajado en su creación desde que se puso en marcha en 2013.

Esta compañía española ha colaborado también en el desarrollo de un 'market place' especializado, al estilo de las conocidas plataformas de Google Play o Apple Store, para albergar todas las aplicaciones móviles de este peculiar mayordomo. Al conectarse cada usuario, encontrará allí todas las aplicaciones creadas hasta el momento, clasificadas por nombre y categoría y preparadas para su descarga en el teléfono móvil.

El proyecto se basa en la satisfacción de cuatro puntos básicos: la interacción por voz para hacer preguntas o definir comandos con el asistente virtual, la inclusión social personalizada que sugiere actos sociales al usuario, los cuidados médicos particulares del mismo y la prevención de deficiencias físicas y cognitivas.

En la fase piloto de prueba, que comenzó el pasado mes de junio, participó una veintena de personas con una edad media de 77,6 años y pertenecientes a asociaciones de mayores.

García ha recordado que durante la formación para explicar cómo podían utilizar a 'Alfred' se hizo evidente que "la brecha digital es todavía un reto" para las generaciones de mayores. Además, se registró una "diferencia importante" en los resultados de satisfacción, que fueron desde el 87,5% en Francia hasta el 58,3% en Holanda, lo que podría deberse al idioma utilizado en cada caso ya que la empresa al cargo de la traducción de los comandos de voz ha reconocido que el francés "es un idioma que se maneja mejor" desde su herramienta de síntesis de dicción, por la forma de construcción de sus frases.

Entre las aplicaciones que más aceptación tuvieron durante la prueba figura una que permite programar alertas cuando la carga del dispositivo se reduce a un nivel determinado y además avisa oralmente de ello. Otra de sus funciones más exitosas ha sido desarrollada por Worldline Iberia y posibilita hacer llamadas o mandar mensajes sin necesidad de teclear, ordenando al teléfono directamente por la voz.

García ha reconocido que la llegada a España de esta tecnología se retrasará porque, aunque está "bastante madura" en varios países europeos como los citados, "aquí todavía no hemos encontrado socios" y, de hecho, la adaptación de la herramienta de síntesis de voz aún no está adaptada al idioma español.

Esta situación se debe en parte a la forma de cuidar a las personas mayores porque "en España es una tarea que asume la propia familia, a diferencia de lo que ocurre en otros países como Holanda donde lo que existe es una serie de redes de apoyo en las que los asociados más jóvenes -a partir de los 60 años- se encargan del cuidado de los mayores".

En estas redes, las personas que todavía disfrutan de "capacidades plenas" dan servicio de lavandería, cocina, limpieza y ayuda en general a los asociados de más de 70 años.

El paso siguiente en el desarrollo de 'Alfred' será la creación de una 'start up' o empresa emergente con los socios que han participado y continuar la búsqueda de financiación para desarrollar la idea. "El producto no está todavía 100 % maduro", ha reconocido García, "pero creo que vamos por muy buen camino".

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