Decisión judicial
Prisión provisional, comunicada y sin fianza para el 'Joker de Campillos' el día que volvía al pueblo con una pulsera telemática
Antonio, conocido como el Joker, con más de 80 antecedentes y una condena por amenazas a su exmujer, fue expulsado de Campillos y Sierra de Yeguas.

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Hoy, volvía a pisar las calles de de Campillos y Sierra de Yeguas con una pulsera telemática como única medida de control. Sin embargo, la jueza ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza para el conocido como 'Joker de Campillos'.
Este individuo se convirtió de nuevo en noticia hace apenas unos días por haber sido desterrado. Durante siglos, el destierro fue una herramienta de la justicia para mantener la paz en los territorios. En pleno 2025, una juez volvió a recurrir a esta medida excepcional para alejar a este vecino de Campillos y Sierra de Yeguas al ser considerado extremadamente conflictivo, tanto por Guardia Civil, como por la Policía Local. El investigado, Antonio P. G., alias el Joker, no tardó en quebrantar la orden y fue sorprendido en casa de un familiar en la localidad de la que tenía expresamente prohibido entrar. Acabó en prisión. Pero tan sólo seis días después ya disfrutaba de nuevo de la calle.
Y no sólo estaba en libertad, también podía regresar a los mismos pueblos de los que había sido expulsado. La Audiencia Provincial revocó el auto que lo desterraba, la defensa logró su excarcelación, y la única medida vigente ahora es una pulsera telemática para garantizar que no se acerque a Mónica, su exmujer, víctima principal de sus amenazas. Pero la seguridad de esta mujer hoy vuelve a estar en entredicho, porque ha quebrantado de nuevo, por enésima vez, esta medida cautelar.
Mónica vive con miedo. Afirma a Antena 3 Noticias que la justicia reconoció que Antonio. llegó a decirle que la mataría a palos o quemaría su casa con ella dentro. Tras el juicio, le impusieron seis meses de cárcel y una orden de alejamiento. Pero, según denuncia, ha seguido acosándola: amenazas, cristales rotos, ruedas rajadas. Se pregunta quién la protege ahora a ella y a sus hijos. “No sé lo que va a pasar, porque es que le aseguro que no quiero ser una de las que ponen en el periódico”. Hoy le pide a la juez para su agresor prisión preventiva, tras soportar otro quebrantamiento más de la medida cautelar.
Más de 80 antecedentes
El historial de A. P. G. es denso: más de 80 reseñas policiales, varias detenciones por quebrantar medidas cautelares, incluso agresiones a agentes. En aquel episodio tres guardias fueron lesionados y se registraron daños en el coche patrulla. Fue entonces cuando la jueza de Instrucción 2 de Antequera dictó una resolución llamativa, no solo prohibía que se acercara a su exmujer, sino que directamente le impedía vivir o pisar los municipios donde ella reside.
Para los vecinos de Campillos, la medida fue un alivio. Para Mónica, la única forma de respirar tranquila. Pero esa sensación apenas duró unos días. El sistema judicial no tardó en corregirse a sí mismo. El Juzgado de Instrucción número 1, de guardia en ese momento, aceptó la reforma de la defensa y lo dejó libre. Después, la Audiencia Provincial terminó de deshacer la medida más dura: el destierro.
Una comarca entera en tensión
Aunque la expulsión le fue impuesta para Campillos y Sierra de Yeguas, el Joker genera inseguridad en toda una región: la comarca de Guadalteba, dentro del partido judicial de Antequera.
Por ese motivo, Cristóbal Corral, alcalde de Teba, ha querido acompañar a Mónica a los juzgados y explica a Antena3 Noticias el motivo de su respaldo, “nosotros estamos aquí en primer lugar en apoyo a Mónica, porque lo primero que tenemos que manifestar es que ninguna mujer en nuestro país debe estar pasando lo que ella está pasando”. “Espero que este no sea un caso de futuro, que acabe mal y que digamos, pues mira, lo sabíamos todos, pero no hemos hecho nada, no queremos ser copartícipes en esa decisión” afirma.
Asimismo, explica como su población también se ve afectada, “que está cansada de ver cómo una persona puede cambiar drásticamente los designios de un pueblo entero durante una tarde, dos tardes, tres tardes, cada vez que se le apetezca. Creo que es algo absolutamente denunciable y reivindicamos el derecho a estar tranquilos, básicamente” asegura Corral.
En su pueblo, el Joker, también ha protagonizado numerosos incidentes, “hay varias denuncias cursadas por desacato a la autoridad, pues por parar el coche en mitad de la vía pública, subirse encima de él a bailar, por increpar a mujeres, por increpar a hombres, por estar siempre buscando follón, porque se le detiene y al día siguiente vuelve a hacerla, y al día siguiente vuelve a hacerla y se le detiene una y otra y otra y mil veces” enumera de alcalde de Teba.
"Realmente lo que reivindicamos es vivir tranquilos, vivir normales y vivir sin tener que estar pendientes si alguien viene o no viene, si viene con el coche a gran velocidad, si no viene con el coche a poca velocidad, si se le mete fuego o no se le mete fuego a los contenedores, como ha sucedido ya", exige.
El radio de acción de este individuo se extiende al municipio de Ardales, su alcalde también ha querido mostrar su apoyo a Mónica y su rechazo a que el acusado campe a sus anchas. Juan Alberto Naranjo, alcalde de Ardales. "Creemos que el destierro no es la solución, porque es empaquetarlo, como decimos nosotros, en otro sitio, lo que queremos es una prisión preventiva hasta que sea el juicio en mayo de 2026. Porque este hombre parece que no puede estar en la calle, no para de cometer delitos y de incordiar a los vecinos. Es verdad que está atemorizada toda la población, y no solamente la de Campillo, esta mujer (Mónica), es que es toda una comarca preocupada por este asunto", reconoce este alcalde.
Mónica no es la única víctima
La reportera de Antena3 Noticias, Rocío Luque, ha hablado hoy con Mónica a la salida de los juzgados. Ella le cuenta que hay más víctimas. Antonio, El Joker, también amenaza a otra chica de Campillos, con la que al parecer no mantiene una relación sentimental. "La amenazó, ella fue a poner la denuncia al cuartel de la Guardia Civil y automáticamente pues se lo llevaron detenido por el quebrantamiento y por la amenaza hacia ella. La jueza del 1 creo que le puso prisión preventiva, entró en prisión el lunes por la tarde-noche y el jueves por la tarde-noche. Estaba fuera con una pulsera telemática", describe.
Asimismo, Antonio tiene más frentes abiertos, tiene otra orden de alejamiento con una ex novia de la misma zona que Mónica, "yo lo único que sé es que ella tiene una orden de alejamiento también, que no es conmigo solo, y sé que tiene también muchos frentes abiertos con muchas personas del pueblo que tienen negocios, a los cuales él también ha estado en busca de ellos, le ha hecho cosas y tiene, yo sé que tienen sentencias también que se han salido aquí del juzgado. Vaya, que yo te puedo hablar de que mínimo tiene 80 denuncias del juzgado, mínimo tiene, más todo lo que tiene de DGT, Hacienda, por todos lados", cuenta Mónica.
La pulsera, un arma de doble filo
Muchas víctimas de violencia machista aseguran que los sistemas de seguimiento telemático, que tiene como objetivo avisarlas ante un peligro inminente por la proximidad de sus agresores, son empleadas por éstos en muchas ocasiones para desestabilizarlas y llevarlas al límite psicológico y emocional.
"Le ponen la pulsera y a mí me llaman, que me van a dar el dispositivo, pero claro, ¿qué pasa? Que yo todavía no tenía el dispositivo y él ya estaba en el pueblo, no parando de llamarme a las tantas de la noche. A las tres y media de la mañana me llamaron para decirme que estaba cerca, que estaba fuera del perímetro, que si yo estaba segura. Entonces me dijeron que nada, que tuviera mucho cuidado porque estaba cerca", relata Mónica.
"A las siete de la mañana me volvieron a llamar, que ya salía de zona de peligro a esa hora, ya se había ido de estar cerca de la casa. Luego por la mañana también me llamaron varias veces, y a las cuatro y media de la tarde me dieron el teléfono a mí y a raíz de ahí, pues ya un continuo, ya no paró. Me dieron el teléfono a las cuatro y media, me saltó a las seis, me saltó a las siete, me saltó a las nueve... Llamaron un coche patrulla de la Guardia Civil para que pudiera alejarse, porque ya es que era un montón de veces las que me saltaba el teléfono", enumera su calvario
La periodista le pregunta: ¿Has perdido la cuenta de cuántas veces? "Son muchas horas, muchas horas seguidas, muchas horas seguidas. Y ya por la tarde, me volvieron a llamar los del dispositivo, y me dijeron que dónde iba a estar. Yo le dije que ya me iba a la casa de mi pareja y que de ahí ya no me iba a mover más. Entonces ellos pues claro, creyeron que ya iba a terminar, pero llegada la una de la noche el teléfono empezó a pitar fuertemente. Peligro, peligro, peligro, peligro", revive.
"Entonces me asomé por la ventana porque yo no sabía ya qué hacer y cuando lo veo que lo tengo debajo de la ventana, mirándonos hacia arriba, puedo decir hasta la ropa que llevaba, porque es que lo vi perfectamente, nos miró desafiante hacia arriba como diciendo aquí estoy yo y esto es lo que hay. Siguió andando unos metros, muy pocos metros, y se quedó parado durante bastante tiempo con las ventanas bajadas para escuchar él cómo a mí me sonaba el teléfono de esa manera", expone Mónica.
“Yo llamé y dije: por favor, que es que está aquí. Y me dice si está cerca...Digo cerca, no, es que está debajo, es que lo tengo debajo. Y entonces ellos inmediatamente llamaron a la Guardia Civil y entonces la Guardia Civil pues ya se personalizó allí, pero claro, ya se había dado a la fuga” prosigue su relato la víctima.
"Llegó la Guardia Civil, la policía del pueblo, me llevaron al cuartel, estuve dando declaración y nada, se lo llevaron detenido por la mañana siguiente, ya lo tenían aquí en los calabozos. Y pues hoy tenemos el juicio y a ver lo que pasa. Yo pido eso, que, por favor, prisión preventiva", anhela.
"Yo no puedo seguir viviendo así, ni teléfono, ni pulsera, ni nada. Eso no es quien la aguante todo el día llamándote, ese estado de nervios, de estrés, ya después de lo que tengo. ¿Quién me va a quitar a mí de que si en vez de estar en la ventana estoy en la calle mientras llega la Guardia, a mí no me hace algo este hombre? Es que ya, ¿qué puedo esperar? Es que más quieren", se pregunta.
"Si es que le han puesto de todas las medidas y todas se la saltan, a él le da igual. Él no tiene nada ya que perder. La que tengo que perder soy yo, mi familia y la gente del pueblo y todos los demás, porque ya es que no pueden más, es que estamos todos agotados", confiesa.
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