El mes de ayuno de ramadán comenzó hoy en la mayoría de los países musulmanes, que han tomado medidas especiales para frenar la habitual alza de los precios de los productos básicos en esta temporada.
Aunque durante el ramadán los musulmanes deben abstenerse de comer, beber y fumar desde la salida hasta la puesta del sol -unas quince horas-, el consumo de alimentos básicos paradójicamente aumenta.
Y es que según las tradiciones de este mes sagrado para los musulmanes, los fieles rompen su ayuno con el "iftar" y terminan las horas del desayuno con el "sohur"; dos comidas en las que se preparan banquetes de platos típicos del ramadán. Son platos en los que se utiliza principalmente arroz, harina, azúcar y aceite, lo que provoca el aumento de la demanda y, por consiguiente, de su precio.
A esta subida se añade la crisis económica que sufren muchos países musulmanes, como Egipto tras la revolución que comenzó el pasado 25 de enero y terminó el 11 de febrero con la renuncia de Hosni Mubarak a la presidencia.