Manu Sánchez: "A este país no lo reconoce ya ni la mujer que lo parió"

Retrato de un hombre español, digamos, de mediana edad. Esperando llegar a los 100, hagan la cuenta...

Nunca hizo su cama, nunca puso una lavadora, nunca planchó su ropa, nunca cocinó su comida, nunca fregó sus platos... hasta que se fue de casa. Entonces todo eso siguió sin hacerlo pero, las cosas que pasan... Encontró una pareja, con tan mala suerte de que esa mujer quería trabajar. Su plan no era ni mucho menos quedarse en el hogar, dulce hogar, esperando a su maridito. Su plan no era ni mucho menos tragar, tragar con lo que toda la vida había sido.

Así que al hombre español, digamos, de mediana edad, le tocó hacerse la cama, poner la lavadora, planchar la ropa, hacer la comida, fregar los platos... los suyos y los de ella, claro. Ah, y llegaron los niños y las niñas... Hubo que cambiar pañales, bañarles, darles el biberón, la papilla, levantarse cuando lloraban de madrugada, no solo llevarles al colegio, también asistir a las reuniones de padres, ahora sí de padres, no solo de madres...

El retrato de un hombre español, digamos, de mediana edad podría seguir en esta línea. Esto ha sido así, se lo digo yo que me lo ha contado una buena fuente. Todavía queda mucho por cambiar. Evidente. Como evidente es también que por suerte a este país no lo reconoce ya ni la mujer que lo parió.