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MADRID | HASTA 300 TORTUGAS CONVIVEN EN EL ESTANQUE
El jardín botánico de la estación de Atocha se convierte en un 'albergue' para tortugas
Tortugas de toda clase y procedencia han ido a parar al ya mítico jardín botánico de la Estación de Atocha, que se ha convertido en el lugar de abandono de tortugas por parte de familias que se cansan de su mascota.
Vienen de América, Asia y África, y conviven juntas en en un pequeño estanque del jardín botánico de la estación de trenes de Atocha. Las familias cansadas del animal, terminan por abandonarlo aquí, pero esta actividad tiene riesgo para la biodiversidad del país.
Hasta 300 tortugas viven actualmente en el estanque, según ha explicado un portavoz del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) tras reconocer que el pequeño estanque no fue diseñado para albergar vida animal, aunque se hacen cargo de su orfandad y las alimentan con pienso compuesto y plantas acuáticas.
ADIF ya no se plantea sacarlas del estanque, donde sus propietarios las han ido abandonando a lo largo de los años, porque considera que ya se han convertido en un "símbolo" de la estación. Algunas de estas tortugas están en la lista de las especies protegidas en España, por lo que son entregadas al Grupo de Rehabilitación de Fauna Autóctona y su Hábitat (grefa) para que se encargue de tratarlas si están enfermas y posteriormente liberarlas en su medio.
En cuanto a su variedad o procedencia, pueden surgir problemas bastante graves, como en el caso de La Trachemys, incluida en la lista de las cien especies exóticas invasoras más dañinas del mundo que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Su mayor fortaleza, voracidad, agresividad y mayor capacidad de reproducción desplaza de su medio habitual a los galápagos propios de la península , poniendo en peligro su supervivencia.
Las especies exóticas invasoras constituyen una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, circunstancia que se agrava en hábitats y ecosistemas especialmente vulnerables. Además, la introducción de especies invasoras, en general, puede ocasionar graves perjuicios a la economía, especialmente a la producción agrícola, ganadera y forestal, e incluso a la salud pública.
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