Inmigración
Extrabajadores de centros de menores en Canarias aseguran que aplicaban la “terapia del humo” a los chicos
Investigan a una ONG por comprar alcohol y tabaco a los menores que tutelaban.

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“Dos o tres veces al día les dábamos cigarros a los chicos y el objetivo es que estuvieran contentos y tranquilos” Es la afirmación que hace Sergio, un educador que durante meses trabajó en un centro de menores de Santa Cruz de Tenerife gestionado por la ONG Quorum. Este trabajador asegura que un día llegaron desde la dirección del centro y les comunicaron a los trabajadores que “a partir de ahora les proporcionaremos cigarros a los chicos dos o tres veces al día para que no den la lata y estén tranquilitos”. Añade además que eran los propios coordinadores los que se encargaban de ir a comprar los cigarros para después dárselo a los menores. “Les decíamos que salieran fuera a fumar, a una explanada que hay delante del centro, no les permitíamos fumar dentro porque entonces eso sería ya flagrante”.
Estas duras afirmaciones se repiten al hablar con otra extrabajadora de otro centro, gestionado por la misma entidad no gubernamental. Según hemos podido comprobar de las conversaciones del grupo de WhatsApp que tenían entre los trabajadores, se informaban de cuándo empezaba o terminaba la “terapia”, quién se encargaba de comprar los cigarros y dónde los guardaban.
Sergio asegura que solo pudo estar unos meses en este centro porque no podía soportar el trato vejatorio que recibían los menores. “Yo he trabajado en un ambiente completamente tóxico, había dos perfiles de trabajadores: los matones de discoteca y los educadores que nos preocupábamos por el bienestar de los chicos” Relata algunos capítulos de trato no apropiado como que un trabajador cogía por el pecho a un joven tutelado por el mero hecho de que no le gustó la respuesta.
La ONG acusada lo niega todo
Hemos querido consultar con la ONG acusada, Quorum77 estas acusaciones y la respuesta ha sido contundente: “Negamos por completo estas afirmaciones, estamos sometidos a una cacería mediática”.
Desde la Consejería de Bienestar Social aseguran que no tenían conocimiento alguno de que esto estuviera ocurriendo en los centros donde viven los menores migrantes que llegan a las islas sin sus familias. No sabían que se estuviera permitiendo fumar a los chicos, que se usara como terapia para tranquilizarles ni mucho menos que fuera la propia ONG quien le facilitara los cigarros. De hecho recuerdan que las denuncias que pesan sobre esta ONG han sido interpuestas precisamente por el Ejecutivo regional una vez comprobaron que se estaban vulnerando los derechos de los menores.
Por otro lado aseguran que hasta ahora no se había exigido a las entidades que incluyeran en su memoria el desglose de los gastos. Es algo que se ha pedido por primera vez en agosto de este año en relación al año pasado.
La situación de emergencia que ha vivido Canarias por la gran cantidad de menores llegados a las islas en muy poco tiempo obligaba a adjudicar esos servicios sin concurrencia competitiva, algo que a partir de ahora sí se está haciendo. Es decir se sacan unas bases con un presupuesto, se realiza un baremo y se trabaja con las entidades que pueden prestar el servicio en base a esas condiciones.
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