Abuso sexual

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primera encuesta sobre percepción social de la violencia sexual

Casi el 44% de la población cree que si una mujer no quiere mantener relaciones sexuales con un hombre no debería coquetear con él

Un estudio concluye que los consultados culpabilizan parcialmente a la víctima de una agresión sexual y muestran así cierta tolerancia a la violencia sexual. Además, casi la mitad de los españoles cree que el alcohol es a menudo el causante de que un hombre viole a una mujer, eximiendo así al agresor por sus acciones.

El 43,7% de la población española muestra algún grado de acuerdo con la idea de que si una mujer no tiene intención de mantener relaciones sexuales con un hombre no debería coquetear con él.

Así lo pone de manifiesto la primera encuesta sobre percepción social de la violencia sexual elaborada por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género publicada con el Ejecutivo en funciones. Además, según este sondeo -que es el primero de este tipo que se realiza tanto en España como en Europa-, el 47,7% de los españoles considera en mayor o menor grado que el alcohol es a menudo el causante de que un hombre viole a una mujer.

Con la primera afirmación, los autores del estudio concluyen que los consultados culpabilizan parcialmente a la víctima de una agresión sexual y por tanto muestran cierta tolerancia a la violencia sexual.

En el segundo caso, consideran que los encuestados eximen al menos parcialmente al agresor por sus acciones y por tanto tienen una cierta tolerancia a estas prácticas.

El estudio, hecho en base a entrevistas presenciales a 2.465 personas de ambos sexos de 16 y más años, concluye que el 40,9% de los hombres y el 33,4% de las mujeres considera que la responsabilidad para controlar el acoso sexual reside en la mujer acosada. "Esta creencia dificulta que las víctimas pidan ayuda y favorece que los agresores mantengan su comportamiento, fomentando así que la violencia sexual se perpetúe", sostienen los autores del informe.

Asimismo, el 93,6% de la población está de acuerdo con la necesidad de educar en el consentimiento sexual como forma de prevenir las agresiones. La mayoría de los que están a favor consideran que esta educación debería recibirse antes de los 16 años y el 73,5% antes de los 12 años.

La mayoría condena la violencia sexual

En cualquier caso, la mayor parte de la población condena la violencia sexual. El sondeo concluye que ocho de cada 10 personas rechazan afirmaciones que culpan a la víctima de una agresión sexual de forma explícita y, por lo general, los hombres toleran en mayor medida que las actitudes sexistas.

Por ejemplo, la mayoría de las personas entrevistadas (el 83,3%) discrepan con la idea de que si una mujer es agredida sexualmente estando borracha tiene parte de la culpa por haber perdido el control, rechazando así culpar a la víctima de una agresión sexual. Asimismo, el 67% de las mujeres encuestadas expresó algún grado desacuerdo con la afirmación 'Si una mujer invita a un hombre a tomar una copa en su casa después de haber salido por la noche, significa que quiere sexo', mientras que el porcentaje de hombre es menor, el 59,2%.

El 73% de las mujeres y el 60% de hombres discrepan con la idea de que mujeres tienden a exagerar el problema de la violencia machista aunque los autores del informe destacan que uno de cada tres hombres (34,1%) y algo más de una de cada cinco mujeres (22,5%) se muestra de acuerdo, lo que, a su juicio, "implica restar importancia a un problema de gran magnitud social".

Ante el enunciado 'Cualquier mujer que sea tan poco precavida como para andar sola de noche por callejones oscuros tiene parte de culpa si es violada', el 85,4% de la población muestra algún grado de desacuerdo. También el 82,7% de las mujeres y el 79,2% de hombres rechaza la idea de que si una mujer se viste de forma provocativa no debería sorprenderse si un hombre intenta obligarle a mantener relaciones sexuales. Además, la mayoría (el 73,2%) de los encuestados rechaza que una mujer tenga menos credibilidad al denunciar una agresión sexual si ha tenido muchas parejas sexuales.

Respecto al acoso en el ámbito laboral, el 72,5% de la población muestra algún grado de acuerdo con la afirmación 'Las mujeres a menudo pierden buenos empleos debido a la discriminación sexual' y casi el 70% expresa desacuerdo en que es difícil trabajar para un jefe que sea mujer.

Asimismo, el 89,7% de las mujeres y el 83,9% de los hombres manifiestan algún grado de desacuerdo con que sobre la posibilidad de que, si una mujer es acosada sexualmente en el lugar de trabajo, tuvo que haber hecho algo para provocarlo.

Un 20% no ve delito en la violación en el ámbito de la pareja

Por otro lado, respecto a la punibilidad de los distintos tipos de violencia sexual contra las mujeres, el 98,7% de la población considera inaceptable dar de forma deliberada a una mujer alcohol o drogas para poder mantener relaciones sexuales con ella, y el 95,2% el obligar a la pareja a mantener relaciones sexuales no deseadas.

Sin embargo un 19,3% cree que pese a ser inaceptable no debe estar siempre castigado por la ley. 'Tocar a una mujer de forma no deseada' concita el rechazo del 97,8% de la población, y el 67,7% cree que además debe ser siempre castigado por la ley. Asimismo, el 95,5% de la población ve inaceptable el besar a una mujer contra su voluntad y el 42,6% considera que debe ser castigado penalmente.

Sobre hacer comentarios y sugerencias de tipo sexual no deseados a una mujer, es la afirmación que menos rechazo suscita con el 86% de las personas entrevistadas que lo consideran inacpetable. Es más, una de cada diez personas entrevistadas (9,9%) cree que es un comportamiento aceptable en algunas circunstancias.

Por su parte, más del 95% de la población considera inaceptables todos los comportamientos de violencia sexual ligados al uso de las nuevas tecnologías por los que se pregunta en la encuesta, como el envío de correos electrónicos o mensajes de texto con contenido sexual no deseados, presionar a una mujer para que envíe fotos de sí misma desnuda, compartir fotografías o videos de carácter sexual a través de redes sociales, o chantajear a una mujer con difundir fotografías o videos de carácter sexual suyos, entre otros.

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