Durante la última semana, más de 20 pateras han llegado hasta el puerto de Gran Canaria. Allí continúan 31 inmigrantes ubicados en 10 carpas a la espera de ser realojados en algún centro. Las instituciones Canarias, que reconocen estar desbordadas, se han visto obligadas a pedir ayuda al Gobierno central.
La primera medida que han decidido tomar es reubicar aquellas personas que ya han pasado la cuarentena en un hotel del sur de Gran Canaria, en Maspalomas. Este hecho ha generado rechazo y ha provocado actos vandálicos como el que ha sufrido un centro de menores extranjeros no acompañados, que ha sido apedreado en las Palmas de Gran Canaria.
En él se alojan un total de 21 chicos y, aunque no se ha desvelado su nombre por motivos de seguridad, sí que se ha confirmado que no hay que lamentar daños personales.
El ataque
Fueron los educadores de la entidad colaboradora que están a cargo de los jóvenes, que han llegado a la isla en las últimas semanas, los que llamaron a la Policía, pero cuando los agentes llegaron los atacantes se habían ido. El centro sufrió daños materiales como rotura de ventanas, han indicado las fuentes.
Desde la Consejería de Servicios Sociales, por su parte, se ha llamado a la calma y al sosiego ante la situación vivida en el centro: un lamentable el "episodio xenófobo y racista".
La directora general de Protección a la Infancia y la Familia, Iratxe Serrano, ha expresado su "más absoluta repulsa y condena ante cualquier acto violento dirigido a las personas migrantes, pero particularmente a los menores que necesitan ser protegidos".
