Madrid

20 años de cárcel para el asesino del 'Grindr' por matar a un joven de 65 puñaladas

Los magistrados condenan a Julián como autor responsable de un delito de asesinato alevoso y ensañamiento.

Julián O. P.

Julián O. P.EFE

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Veinte años de cárcel para Julián Ovejero, el conocido como el 'asesino del Grindr'. Es la pena que ha decretado la Audiencia Provincial de Madrid por matar en febrero de 2018 a un hombre con el que se había citado a través de una aplicación con 65 puñaladas. Europa Press ha tenido acceso a la sentencia en la que los magistrados condenan a Julián como autor responsable de un delito de asesinato alevoso y ensañamiento.

Al parecer, el condenado manifestó en el juicio que la víctima no pudo defenderse del ataque "repentino" al que le sorprendió por la espalda. Dicha confesión supuso una rebaja de la pena de 25 años a 20 años de cárcel. Este crimen ocurrió el 24 de febrero de 2018 en un piso de Carabanchel. En aquel momento, el asesino tenía 23 años y fue arrestado en 2021. Conoció a su víctima en una aplicación para mantener encuentros sexuales.

Con la intención de acumular menos años de cárcel, el procesado reconoció en su declaración la acusación del representante del Ministerio Público y se retractó de lo dicho en marzo de 2022 en la instrucción. En aquel momento aseguró que cometió el crimen "hasta arriba de sustancias" estupefacientes.

En la vista, aseguró que no consumió drogas y que solo fue la víctima la que tomó sustancias por su manera de "proceder y hablar". "No sabría cómo explicar lo que sucedió", dijo durante el juicio, en el que también contó que la agresión con un cuchillo de cocina se inició en la habitación y se trasladó hasta la entrada del domicilio.

Quedaron a través de una aplicación

En su declaración ante el juez, el asesino mantenía que quedaron el 23 de febrero de 2018 mediante una 'app', además de que la víctima vivía cerca suyo y compartían los gustos sadomasoquistas en las relaciones sexuales. En algún momento se habría producido "una pelea encarnizada" después de que le causara una brecha en el cuello por los juegos violentos que practicaban.

"Yo estaba lleno de sustancias y muy ido", dijo el acusado, tras lo que confesó que se le fue de las manos. "Fueron dos minutos de locura y no recuerdo más porque estaba hasta arriba de sustancias", comentó.

Cuando la víctima cayó de espaldas, al entrar en pánico decidió abandonar el piso sin saber que había fallecido. "No supe reaccionar. No sabía qué hacer. Lo veía todo nublado", comentó. El asesino alegó estar arrepentido ante el magistrado y dijo que era culpa de las sustancias que consumía desde los 15 años. "Yo soy católico, apostólico y romano", dijo entonces.

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