Epidemia de gripe

Onda expansiva de contagios de la peor gripe: "El que no se ha infectado tiene muchas posibilidades de infectarse"

Epidemia de contagios de gripe en los últimos días y, todavía no se ha llegado al pico. Te contamos de la mano de un experto qué está ocurriendo.

Epidemia de contagios

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Ola, epidemia... llámenlo como quieran porque la realidad es que pocos son los que se están librando de esta gripe que ha irrumpido con fuerza y con urgencia en nuestro país. La explosión de contagios está siendo palpable en todas las comunidades y en todas las franjas de edad, aunque se ceba especialmente en la población infantil.

Nos ponemos en contacto con los expertos para que nos hagan la fotografía de en qué momento de la epidemia nos encontramos. Concretamente hablamos con José María Molero, médico de familia y miembro del grupo de enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).

Que en diciembre haya gripe a priori no coge a nadie por sorpresa, pero es que además, este año las alarmas comenzaron a sonar en verano, por no decir que ya se rumoreaba en abril. ¿Por qué? Pues porque los epidemiólogos, para adelantarse a los virus propios del invierno, suelen mirar en nuestra primavera a Australia y este año el país de Oceanía sufrió una de las peores epidemias de los últimos lustros. No solo porque la gripe empezó allí más pronto de lo habitual, sino por la onda expansiva de contagios.

En Australia se vivió una auténtica epidemia de hospitalizaciones de niños y adolescentes. La mayor parte de los contagios correspondientes a la influenza A. El grupo más afectado está siendo los niños de 1 a 4 años, donde la incidencia de gripe ha aumentado desde los 214,7 hasta los 503,1 casos por cada 100.000 habitantes. Entre 5 y 19 años, la tasa es de 398,7 casos por 100.000 habitantes. El siguiente grupo de edad que preocupa es el comprendido entre los 63 y 74 casos por cada 100.000 habitantes.

¿Epidemia de gripe?

José María Molero nos explica que desde la pandemia de la COVID se modificó "sustancialmente la circulación" del virus. Repasando lo que pasó este invierno, para nosotros primavera-verano, en Australia "fue una onda epidémica más estrecha de lo que es habitual. Con un ascenso más rápido, un descenso más rápido y un ligero adelanto de las fechas estimadas. La evolución clínica epidemiológica ya te hace sospechar que quizás haya un pequeño cambio. De todos los virus respiratorios importantes se hace una secuenciación en los diferentes países para saber cuál es el virus que está circulando y las características que corresponden al año en concreto. En el mes de abril se detectó que había una serie de mutaciones, menores, pero importantes y numerosas en un tipo de cepa del virus A de la gripe, que es el H3N2. Por otra parte, es un virus que lleva circulando mucho tiempo entre nosotros, pero esos pequeños cambios, que son asumibles cada año, eran un poquito mayores y probablemente ese es el factor clave para ese pico tan estrecho y un poco más adelantado que experimentaron los compañeros del Hemisferio Sur y que, posteriormente ha llegado a nuestro hemisferio".

En España, a estas alturas, se puede afirmar que el pico de contagios por gripe supera ya el de las tres últimas temporadas. Tenemos datos de la primera semana de diciembre que indican que la incidencia subió de 78,3 a 164,6 casos por cada 100.000 habitantes, sobrepasando los máximos que se registraron el año pasado siete semanas después, es decir, a finales de enero.

Las culpas se las está llevando la variante K de la gripe A (H3N2), de la que poco a poco vamos conociendo más detalles. Esta cepa es extremadamente transmisible, aunque eso no significa que sea más virulenta. "Lo que sabemos es que se transmite más fácilmente. Nuestro sistema inicial de defensa lo reconoce peor y, por lo tanto, es más frecuente que nos infectemos y que transmitamos la infección, pero luego a nivel complicaciones lo que ya vimos y estamos viendo ahora es que no produce cuadros más graves por el propio virus", indica el doctor Molero para añadir a continuación que en la gravedad de la infección "influyen dos factores: la agresividad del virus y cómo se encuentra la persona. Su situación clínica".

Si indagamos en los grupos de edad observamos que el comportamiento del subclado K es el habitual: "No hay un patrón diferente. Los niños pequeños son los que sistemáticamente se infectan más. Recordemos que ya hace 3 años se decidió vacunar hasta los 59 meses a los niños, no porque fuese más grave, sino porque son los que más se infectan habitualmente y los que transmiten la infección .Cuando vas a los casos graves, a los casos que infectan y tienen una complicación, que tienen que ingresar, tampoco es diferente a lo que ocurre otros años".

Si las mutaciones se detectaron en abril, ¿por qué no se cambió la vacuna?

Los cambios genéticos que esta variante K presenta son en la hemaglutinina, que es la proteína que cubre al virus. Y esta peculiaridad es la que le consigue cierto efecto evasivo a la vacuna, pero entonces, ¿no es eficaz la vacuna?¿Si estas mutaciones se detectaron el pasado mes de abril no pudo cambiarse la vacuna para que cubriese esta cepa?

"Las vacunas se deciden prácticamente al final de cada año en el Hemisferio Norte y se empiezan a confeccionar en los primeros meses del año. Es una decisión muy importante y trascendente porque de ahí va a depender todo el proceso de fabricación de vacunas que, como hemos visto con la COVID, se puede agilizar, pero no es algo fácil modificar estos procesos de fabricación. Aunque se detectó este cambio en el mes de abril era imposible modificar la composición exacta", señala el doctor.

A la hora de confeccionar una vacuna, los investigadores eligen las cepas que han circulado del virus y que estiman que van a ser las más probables que se desarrollen. "Es un trabajo de predicción, en 2003 ya se había cambiado a un tipo de cepa del H3N2 y, no es que sea exactamente con la que nos encontramos ahora del suclado K, pero sí pertenece a un tipo de familia que tiene ciertas similitudes. Se acertó parcialmente, lógicamente la cepa en sí no la vas a poder meter, porque es imposible para dar demanda a todo el Hemisferio Norte en tiempo suficiente", puntualiza.

Así que lo primero en lo que insiste hay que poner énfasis es en generar confianza en la vacuna. "¿Qué nos enseñó la vacuna de la COVID? Primero, que el que te contagies de un cuadro gripal es algo que evitan las vacunas, pero en menor medida. Lo que más evita son las complicaciones graves, es decir, el desarrollar una neumonía, el desarrollar una sepsis, e ingresar en el hospital. Ese es el objetivo de la vacuna fundamentalmente. Las complicaciones graves no solo se evitan evitando la infección de las células, sino que luego nuestro sistema inmune sea incapaz de controlar la complicación que produce cuando una célula está infectada. Se sabe que la vacuna además de la capacidad de reconocer el virus y actuar contra él cuando se ha producido la infección sí que tiene un poder protector porque desarrolla otro tipo de células inmunitarias. Se puede resumir que la vacuna sin evitar tan potentemente la infección sí que en aquellos que se infectan y que tienen un riesgo sigue siendo eficaz para disminuir las complicaciones graves".

¿Cuándo llegará el pico de la epidemia?

Hoy por hoy, la batuta de mando la tiene la gripe, aunque hay dos patógenos que no quieren ser borrados del escenario vírico, el SARS-CoV-2 y VRS, que, aunque de forma más discreta, también siguen subiendo. Normalmente, el pico de contagios viene produciéndose después de las fiestas navideñas, en el primer y segundo mes del año. Sin embargo, los avisos pasan este año por adelantar estas previsiones.

"No estamos en el momento más álgido de la epidemia, desgraciadamente, y digo desgraciadamente porque el que no se ha infectado tiene muchas posibilidades de infectarse. Ahora estamos en unas tasas de incidencia un poquito inferior a las máximas del año pasado. Queda recorrido, y es muy probable que el máximo punto de incidencia lo alcancemos a final de año, previsiblemente tenemos un elemento potenciador. Tenemos un virus que es diferente a lo que esperábamos y en segundo lugar tenemos un elemento social que facilita el contacto. Eso facilita que sea una caja de resonancia para la infección y es probable que de aquí a dos semanas tengamos el pico máximo. Nunca se puede hacer una estimación pero seguramente superemos la máxima cifra del año pasado y hemos tenido un año que hemos llegado a 600/700 por cada 100.000 y es previsible que lo alcancemos. Y ojo, luego en el descenso no quiere decir que no circule. En el descenso estaremos infectándonos durante un mes y sobre todo vamos a ver qué protagonismo ganan estos virus y a ver cómo nos dejan bajar ese pico epidémico", advierte José María Molero.

Medidas de prevención y protección

Antes de terminar, resulta fundamental repasar las principales medidas de prevención . "Lo primero que yo aconsejo a una persona infectada es que se quede en casa, 2,3,4 días. Que se intente proteger en un entorno como una habitación y que si convive con personas que tienen riesgo, con enfermedad crónica o edad avanzada que intente no interactuar y, si lo hace, el uso de la mascarilla, el lavado de manos, el gel..."

El confinamiento... ¿es exagerado? El experto contesta: "Es una medida, en mi opinión, excesiva. Es cierto que cuando llega un virus nuevo confinas a las personas porque no tienen ningún remedio para controlar esa infección y además, no sabes qué va a producir. Cuando empezamos a ver qué ocurría con la COVID colapsaba el sistema sanitario. Lo que sabemos del suclado K es que no está colapsando el sistema sanitario más que otras veces, que la infección tiene una tasa de hospitalización similar a la que tiene todos los años. Entonces el riesgo de confinar con el coste que supone a nivel económico y social no supone El confinamiento no es una medida necesaria".

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