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Prevención de suicidios

La prevención del suicidio, protagonista en el Día Mundial de la Salud Mental

El suicidio es, desde 2007, la principal causa de muerte no natural en España. Además, es la segunda entre los jóvenes de 15 y 29 años, entre los cuales ha aumentado drásticamente el número de casos.

En resumen

  • Cada año 800.000 personas se suicidan en el mundo
  • En 2017, 3.679 personas se quitaron la vida en nuestro país, un 3,1% más que el año anterior
  • El Gobierno anuncia por primera vez un plan estatal para la prevención del suicidio

"Hay que visibilizar la realidad del suicido y romper el tabú que hay. También las administraciones debemos y tenemos que actuar". Con estas palabras la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, anunciaba que la prevención del suicidio será el eje central de la Estrategia de Salud Mental 2019-2024.Las declaraciones se sucedieron durante el acto de conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, que este año estará dedicada a la concienciación y prevención de los casos de suicidios.

"Nos une la enorme preocupación por el suicidio, un problema que afecta a numerosos ciudadanos en España y que es especialmente doloroso en las personas jóvenes", subrayaba la ministra. Las intenciones del Gobierno en funciones llegan tras años de pasividad por parte de las instituciones públicas ante una realidad convertida en todo el mundo en una lacra social. Aunque la medida es positiva, su implantación debería haber comenzado muchos años atrás.

Los datos hablan por sí solos. Cada año 800.000 se suicidan en el mundo, o lo que es lo mismo: cada 40 años una persona se quita la vida en algún punto del planeta. En nuestro país, el suicido es la principal causa de muerte no natural desde hace más de una década. La cifra de muertos por suicidio superó por primera vez en 2007 al de fallecidos en accidentes de tráfico y mientras se mantenía –e incluso se intensificaba- la publicidad para prevenir los sucesos en carretera, la problemática del suicido era casi eludida. No sería por falta de esfuerzo de asociaciones y la propia OMS, que desde hace tiempo alertan del drástico aumento de los casos. En ese fatídico 2007 se contabilizaron 3.263 muertes en nuestro país. 11 años después en todo 2018 3.679 personas se quitaron la vida, lo que supuso un 3,1% más que el año anterior. Una lacra que afecta también a los más jóvenes: es la segunda causa de muerte en población mundial entre jóvenes de 15 a 29 años.

La estrategia de eludir el problema, ya sea por no crear una alarma social o por no querer remover un tema que debería avergonzar a cualquier Estado, se ha mostrado más que ineficaz. Los expertos coinciden en que hablar del suicidio no solo no lo fomenta sino que puede ayudar a prevenirlo. "No hay que tener miedo a hablar de ello", asegura Mariano Navarro Serer, psicólogo clínico de la Unidad de Salud Mental del Hospital General de València y responsable de la asociación Psicoemergencias CV. A su juicio, este tipo de muertes se pueden prevenir, pero para ello es necesario que este asunto deje de ser un tabú en la sociedad, que se hable de él y aumenten los recursos profesionales en la sanidad pública; de lo contrario, lamenta, "poco se puede hacer".

Las palabras de Carcedo hacen avistar, aparentemente, nuevos tiempos al reconocer públicamente el suicidio como "un problema grave de salud pública". El presidente de la Confederación Salud Mental, Nel González Zapico, coincidió en el mismo acto con la ministra en que "los tiempos en los que el suicidio era un tabú y un estigma están llegando a su fin". En este sentido, ha alentado a afrontar de una vez un fenómeno que la sociedad "ha silenciado por miedo, culpa o vergüenza" y que requiere respuestas "inaplazables". En este mismo acto se ha recalcado que el problema no solo se refleja por el número de fallecidos, sino también por el número de intentos que puede ser 20 veces superior al de muertos.

Prevenir, detectar precozmente y abordar la conducta suicida son los puntos clave que conforman la nueva estrategia de Salud Menta que se espera que esté lista antes de final de año. Por ello, el Gobierno pretenderá sensibilizar y mejorar la información a la población general a través de concienciación promovida por las instituciones públicas, entidades sociales y por los medios de comunicación. Así mismo, se habilitará un teléfono de contacto "donde puedan llamar las personas, tanto quienes tengan esa conducta suicida o la intención, como familias y entornos que puedan detectarlas y alertar sobre ellas".

Acciones gubernamentales que tienen como finalidad reconocer por fin el suicido como "un grave problema de salud pública" y que tratará de situar la salud mental al mismo nivel que otras áreas de salud.

Se da por descontado que los resultados no serán visibles de inmediato, pero este anuncio abre la puerta a tratar y abordar abiertamente y a nivel público y estatal un problema que hasta ahora se ha mantenido en lo privado, en lo individual.

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