Drogas

Una joven explica lo que le pasó cuando tomó fármacos para el TDAH para prepararse los exámenes

Muchos estudiantes como Diana han recurrido a fármacos para el TDAH pensándose que se concentrarían más pero aparecieron otros trastornos. El doctor Hilario Blasco-Fontecilla, médico psiquiatra de la infancia y la adolescencia, advierte de los efectos adversos de la banalización de los medicamentos.

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Diana terminó hace tres años la carrera de Psicología. Poco antes de acabar, estaba agobiada porque todavía le quedaban muchas asignaturas y vio así la oportunidad perfecta para recurrir a algún fármaco que le ayudase a concentrarse. Terminó tomando, sin receta, pastillas para pacientes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Ha contado a Antena 3 Noticias cómo se sintió y si pudo o no mejorar su atención a la hora de estudiar. "A lo mejor me tomé como 15 pastillas, no más, se las compré a un amigo que tenía TDAH y que las vendía, porque hacía negocio con ello", relata. Reconoce que la primera vez que las tomó fue "un poco raro". Asegura que notó falta de apetito y de sueño. "Es como si te hubieras tomado diez cafés", dice.

¿Funcionaron?

Esto mismo que hizo Diana es de lo que alertan ahora varios expertos. Se está extendiendo el uso de fármacos para TDAH entre estudiantes universitarios. Hilario Blasco-Fontecilla, médico psiquiatra de la infancia y la adolescencia en el Hospital Universitario de Puerta del Hierro, explica que "probablemente lo que ha sucedido es que tienen conocimiento de varios compañeros con TDAH que, en tratamiento con estimulantes, han mejorado su rendimiento". "Entre esto y la comunicación en redes sociales han asumido que ellos lo podrían tomar también y mejorar su potencial cognitivo", señala.

Pero caes en una trampa. No solo puedes tener esos efectos adversos vinculados a la falta de sueño y apetito, sino que también pueden llegar a aparecer episodios de alucinaciones. "Nada más lejos de la realidad porque lo que se están encontrando es con problemas de ansiedad, incluso a veces alucinaciones, psicosis, pueden tener crisis hipertensivas", asegura Blasco-Fontecilla.

Diana explica que cuando empezó a tener problemas para dormir decidió pedirle ayuda al mismo chico con TDAH que le vendió las pastillas. Le dijo que se tomase menos cantidad para que fueran efectivas. "Empecé a partirlas y efectivamente era mucho mejor porque era una cantidad menor y se notaban mucho menos los efectos secundarios", cuenta.

La banalización de los medicamentos

Sin embargo, el doctor Hilario Blasco-Fontecilla advierte: "Los fármacos para el TDAH van a funcionar para el TDAH, pero no van a funcionar sin el trastorno". En personas que no lo padecen les pueden "generar más nerviosismo y probablemente van a tener el efecto contrario, incluso crisis de ansiedad". Es la banalización de los medicamentos.

Sobre esto, el especialista destaca que las redes sociales tienen mucha culpa en la forma en la que "se magnifica el estudio". "Antiguamente también había otros estudiantes que usaban los estimulantes, derivados de anfetaminas para los estudios", dice. Pero ahora hay "mucha más gente" que tiene "conocimiento de noticias que son falsas, porque no es cierto que les pueda ayudar cognitivamente a personas sin TDAH".

Según él, los fármacos como el que se tomaba Diana para superar los exámenes nacen como consecuencia del "tipo de sociedad que hemos creado". El doctor Hilario Blasco-Fontecilla reconoce hay "generaciones de gente" que intentan "conseguir las cosas sin esfuerzo". Alerta que "entre este tipo de fármacos y herramientas como ChatGPT" es posible la realización de "trabajos sin esfuerzo". "La realidad es muy distinta, las cosas se consiguen con esfuerzo y esos son los valores que tenemos que transmitir a nuestros jóvenes", cuestiona.

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