Opinión Frida Hernández

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Salud

El final de la hepatitis C, cada vez más cerca

Se estima que hay 71 millones de personas con infección crónica por hepatitis C. La persona infectada no presenta sintomatología hasta que hay una importante afectación hepática.

El virus de la hepatitis C (VHC) es un virus humano ARN perteneciente a la familia Flaviviridae, género Hepacivirus. La infección por el VHC produce una enfermedad hepática aguda cuyo periodo de incubación varía de 2 semanas a 6 meses. Si la infección cursa de forma crónica, infecta los hepatocitos y según evoluciona la enfermedad, se asocia a cambios extrahepáticos que incluyen anomalías del sistema nervioso central y deterioro cognitivo.

La hepatitis C es una enfermedad endémica en todo el mundo. Se estima que hay 71 millones de personas con infección crónica por VHC. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimaba en 2015 una prevalencia mundial de infección crónica del 1%, con un rango de 0,5% a 2,3% según las distintas regiones, así como un incremento de nuevos casos del 23,7 por cada 100.000 personas.

Cuando se trata de una infección aguda, esta evoluciona de forma asintomática en aproximadamente un 80% de los casos; y sin tratamiento, entre un 15-45% de las personas infectadas elimina el virus espontáneamente en un plazo de seis meses. El 55-85% restante desarrollará infección crónica; de estos, entre un 15-30% se encontrarán en riesgo de cirrosis hepática a los 20 años, y de hepatocarcinoma entre el 1 y el 3% cada año. La hepatitis crónica por VHC, por delante del consumo excesivo de alcohol, ha sido hasta recientemente la causa principal de cirrosis hepática, de cáncer de hígado (70-80%) y de trasplante hepático en España (50%).

Por último, es importante destacar que la persona infectada por VHC no presenta sintomatología hasta que hay una importante afectación hepática, de ahí la importancia de la detección precoz y prevención primaria, informando a la población de los factores de riesgo que puedan ocasionar infección por VHC antes de que esta ocurra. En este sentido cabe señalar que la infección por el VHC se transmite, principalmente, a través del contacto con sangre infectada. Otros mecanismos de transmisión menos frecuentes son la vía sexual y la vertical (de madre a hijo/a), así como contactos percutáneos inadvertidos entre familiares.

El VHC no se transmite a través de la leche materna, los alimentos o el agua ni por contacto ocasional, como por ejemplo abrazos, besos y comidas o bebidas compartidas con una persona infectada.

Situación actual sobre infección por VHC en España

Según el Estudio de Seroprevalencia publicado en abril de este año por el Ministerio de Sanidad, la prevalencia de anticuerpos frente al VHC así como de infección activa por VHC es mayor en hombres que en mujeres. Asimismo, es mayor en personas extranjeras con respecto a las nacidas en España, con un nivel de estudios de 1º grado o inferior y pertenecientes a una clase social desfavorecida. De ahí la relevancia de actuar directamente en la población y no en la consulta, como indicaba Julia del Amo, directora del Observatorio del Sistema Nacional de Salud, en el curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid que tenía como título: Retos en salud pública para la enfermedad hepática y su contexto social.

En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (meta 3 del objetivo 3), adoptada por todos los países miembros de Naciones Unidas en 2015, se hace un llamamiento a tomar medidas específicas para combatir las hepatitis víricas. En cumplimento de este objetivo se elaboró la Estrategia mundial del sector de la salud contra las hepatitis víricas, 2016-2021, refrendada en la 69ª Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2016, con el objetivo de eliminar las hepatitis víricas como amenaza de salud pública antes de 2030, reduciendo las nuevas infecciones en un 90% y la mortalidad en un 65%, lo que requiere que se diagnostique al 90% de las personas infectadas y se trate al 80% de las personas diagnosticadas. En septiembre de 2016, el Comité Regional Europeo de la OMS adoptó un Plan de acción para la respuesta del sector de la salud a la hepatitis viral en la Región Europea de la OMS, con el fin de adaptar la estrategia global a esta región.

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó en 2015 el Plan Estratégico para el Abordaje de la hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud (PEAHC), alineado con estas propuestas. El plan tiene el objetivo de disminuir la morbimortalidad en la población española, abordando eficientemente la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de las personas infectadas por el VHC.

Desde la puesta en marcha del PEAHC han sido tratados alrededor de 140.000 pacientes y se ha conseguido eliminar factores de riesgo como tratamientos de acupuntura o la práctica del tatuaje. También se ha cumplido con el objetivo de disminuir la mortalidad abordando cuatro fases: prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Ese primer paso, coordinado por Julia del Amo, trata de cuantificar las personas infectadas y establecer las medidas de prevención oportunas. Hay que tener en cuenta que, en la actualidad, de los 76.500 de enfermos de hepatitis C “el 29 % desconoce que la padece” y, por tanto, no están recibiendo ningún tipo de tratamiento.

Asimismo, José Luis Calleja, vicepresidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado, que se refirió a algunos de los resultados del Plan Estratégico en el curso de la Universidad Complutense de Madrid mencionado anteriormente, señaló que en los pacientes tratados se han alcanzado tasas de curación superiores al 95%. A este respecto, declaró que "debemos estar muy orgullosos de lo que hemos hecho hasta ahora, ya que nos ha situado en una situación inmejorable para convertirnos en el segundo país del mundo en poder eliminar esta enfermedad. No obstante, para conseguir este hito debemos dar los pasos definitivos y ello pasa por la aprobación de un plan de eliminación".

Como punto final, destacar que los fármacos empleados para tratamiento de la hepatitis C hoy en día tienen un efecto curativo en el 80% de los casos en periodos de tratamiento establecidos entre 8 y 24 semanas, según el fármaco. Este es otro motivo por el que se hace tan necesaria la detección precoz.

Optimismo

Con todos estos datos, hasta la OMS ha alabado el Plan Estratégico español y se espera que para 2030 esta enfermedad sea muy poco frecuente.

Los expertos en España creen que incluso se conseguirá su erradicación mucho antes. En esta línea Javier Crespo, presidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva, se muestra optimista a la hora de lograr este reto de erradicación de la Hepatitis C para 2021 que propone la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (Aehve), si se tiene en cuenta el "éxito" de nuevos tratamientos, la calidad del sistema sanitario y de sus profesionales para atajar esta enfermedad. Por su parte, la presidenta de la Asociación de Enfermos Trasplantados Hepáticos de la región ha recordado, para finalizar, que la Hepatitis C "no muestra la cara" hasta que causa una lesión "importante" en el hígado, de ahí la importancia de la detección precoz.

“La cifra de pacientes tratados probablemente sea la más alta de Europa. España puede convertirse en un referente en la eliminación de la hepatitis C si no se baja la guardia en las líneas estratégicas del Plan para el abordaje de la hepatitis C”, según Javier García-Smariego, coordinador de Aehve.

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