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CONFUSIÓN EN LA CAPITAL

Varias decenas de muertos y 3.000 desplazados por los enfrentamientos en Libia

La ofensiva del mariscal Hafter ha sembrado el caos y la confusión en los alrededores de la capital libia y el aeropuerto.

Cerca de 3.000 personas se han convertido en desplazados internos a causa de los combates que se libran en Trípoli, que hoy se intensificaron y obligaron al cierre de la pista aérea de la base militar de Maitiga, único aeropuerto operativo de la capital. La acción de los cazas bombarderos bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de Libia, obligó a desviar todos los vuelos al aeródromo de la ciudad vecina de Misrata, que ha enviado sus tropas en auxilio del gobierno impuesto por la ONU en Trípoli.

Las fuerzas orientales, que desde el jueves intentan avanzar hacia el centro de la capital, bombardearon, asimismo, decenas de posiciones en los alrededores del antiguo aeropuerto internacional de Trípoli, en desuso desde hace años pero esencial en clave de estrategia militar. Protegidas por los aviones, cedidos por Emiratos Árabes Unidos, las unidades terrestres redoblaron igualmente su acción en Wadi Rabie y Kasr Ben Ghachir, dos de los barrios aledaños, escenario de duros combates en los que se produjo un número indeterminado de víctimas, más de 30 al parecer: "el Ejército Nacional Libio (LNA) está persiguiendo a las pocas tropas que quedan y que han huido dejando los cadáveres de sus compañeros tirados en las cunetas", dijo la oficina de Información de las tropas de Hafter en un comunicado.

La situación bélica es confusa en el terreno con las dos partes reclamando victorias: el gobierno impuesto por la ONU aseguraba controlar aún el aeropuerto internacional y el LNA haberle arrebatado una decena de posiciones en el sur. En este ambiente de creciente violencia, una fuente diplomática de la ONU aseguró que la misión en Libia (UNSMIL) ha retirado ya del país a todo su personal y se preparara para anunciar en las próximas horas el aplazamiento de la Conferencia Nacional prevista para el próximo domingo. La reunión, paso esencial de un plan global de reconciliación que incluye la convocatoria de elecciones, debía celebrarse en la ciudad fronteriza de Ghadames, donde gran parte del material y escenario estaba ya desplegado.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de los diversos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi. En la actualidad tiene dos focos de poder: un gobierno impuesto por la ONU y sostenido por la Unión Europea en Trípoli, y otro establecido en la ciudad oriental de Tobruk bajo la tutela de Hafter. Del caos se benefician decenas de milicias y grupos mafiosos dedicados al contrabando de armas, personas y combustible que se han convertido en el verdadero motor de un estado con una economía destruida.

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