Pablo Pacheco, uno de los siete ciudadanos cubanos excarcelados por el régimen castrista y que han aterrizado hoy en España, ha comentado con Carlos Alsina sus primeras impresiones a su llegada a nuestro país.
Asegura tener un sentimiento agridulce, ya que está contento por estar aquí, pero también recuerda a sus compañeros en prisión afirmando que: “mientras uno de mis hermanos esté en prisión no tengo nada que celebrar” Pacheco afirma que “España puede ser un punto de partida" tanto para él como para su familia. aunque siempre le queda el deseo de volver.
Aprovecha para aclarar que no fue expulsado de Cuba, ya que tenía que “elegir entre la libertad fuera de Cuba y la espada de Damocles sobre mi cabeza y la de mi familia”. El periodista cubano, ha tenido tiempo para comentar cuáles fueron las pruebas por las que fue detenido y condenado a veinte años de prisión acusado de un delito de propaganda enemiga: “una grabadora, lapiceros, hojas en blanco, un fax, una máquina de escribir...”.
Por estas razones pasó siete años en la prisión Aguíca de Matanzas que define como “sepulcro de hombre vivo” y donde hay “personas que tienen más de trescientas cicatrices en el cuerpo, que se han seccionado las orejas, que se han pinchado los ojos para quedar invidentes o que se han lanzado al vacío desde un tercer piso”.