Crystal Lowery junto a su hijo de cinco años

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LE ENSEÑA A SER FELIZ

Una madre se niega a enseñar a su hijo a leer porque está ocupada con otras cosas

La mujer considera que hay cosas más importantes que enseñar a su hijo de cinco años a interpretar palabras plasmadas en un papel. Sin embargo, da una serie de razones que podrían hacer que otros padres reconsideraran su postura.

Crystal Lowery, una estadounidense que trabaja como humorista en Reino Unido, dice negarse a enseñar a su hijo de cinco años a leer porque está muy ocupada haciendo otras cosas. Lowery señala que prefiere ayudar a su hijo para que aprenda otras habilidades de la vida antes de que sea capaz de interpretar palabras en una página.

Mientras que su hijo no puede leer por sí mismo, señala el medio 'Mirror', Crystal dice que su hijo escucha con atención las historias que ella le lee, como los libros de Harry Potter.

La estadounidense insiste en que el comportamiento y las habilidades que no se pueden medir con exámenes son más importantes, tal y como señala en una carta que ha publicado en su perfil de Facebook, donde asegura que su hijo "está aprendiendo a ser un buen deportista, a esperar su turno en la tienda de chucherías y a no regodearse cuando él puede ir a la tienda de helados antes que su hermana".

Explica que su hijo "está aprendiendo a construir. Con bloques, Legos, está aprendiendo los pesos de los diferentes materiales y aprende física con las estructuras que ha construido".

Además el pequeño pasea a su perro, escala en el recreo, baila y practica karate. "Va a necesitar su cuerpo durante mucho tiempo, así que construye sus músculos con actividad física en vez de estar sentado todo el día frente al escritorio", subraya,

"Aprende a tener cuidado de sus cosas. A base de prueba y error ha visto lo que pasa cuando dejas un libro bajo la lluvia o un trozo de plastilina sobre la mesa durante toda la noche", escribe su madre en Facebook.

El pequeño ha aprendido a pedir perdón. A empatizar con otros niños cuando hay confrontación, a olvidar, a entender que todo el mundo comete errores y que se puede amar a otra gente a pesar de sus debilidades.

Señala que lo más importante es que su hijo "está aprendiendo que la clave de la felicidad está en centrarse en lo bueno en lugar de quejarse en lo que no tiene" y finaliza la carta subrayando que "está aprendiendo importantes lecciones cada día, pero no está aprendiendo a leer".

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